«Hasta hace bien poco, la campana cumplía la función de regular, con su señal, la diaria interrelación establecida entre el tiempo y el espacio, anunciando las fiestas, las desgracias, las horas de trabajo, las de descanso y las reuniones, invocando la lluvia en tiempos de sequía, alejando las tormentas e, incluso, guiando en la oscuridad a modo de faro sonoro», rememora el músico y campanero Manuel Miguel Hervás, impulsor de la iniciativa de recuperar esta costumbre.

En el recital, interpretado desde las cuatro campanas grandes de la torre campanario de la iglesia, se escucharon hasta siete tipos de toques tradicionales de campanas que recogen en su totalidad los usos y funciones que han tenido a lo largo de la historia, tanto civiles como religiosos, algunos de ellos todavía vigentes en la actualidad, y fueron explicándose de manera didáctica ante los asistentes.

Se escucharon toques referidos a reloj, alarma, misa, difunto, protección y llamada a actos políticos, algunos de ellos con distintas versiones en función del tipo de mensaje o del lugar en que se transmitía. De esta forma, sonaron toques de Teruel, Vila-real, Zaragoza, Segorbe, Solsona (Lérida), calzada de Vandulciel (Castilla y León) o Ateca (Aragón). Para concluir el acto, se improvisaron toques tradicionales sobre las cuatro campanas del campanario.

Para Hervás, los toques de campanas «forman parte del subconsciente colectivo, son un vínculo sonoro con nuestros orígenes, la esencia viva de nuestro propio espacio sonoro». «Eso mismo es lo que nos llevó a aceptar su propuesta de ofrecer este recital tan curioso y peculiar. Somos lo que somos gracias a lo que hemos sido en el pasado y esta tarde hemos redescubierto que la historia, en todas sus facetas, es uno de los ámbitos que más nos enriquecen culturalmente y por ello seguiremos apostando fuerte desde el equipo de gobierno por las tradiciones», explicó el concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Almussafes, Andrés López.