El incendio declarado en una nave industrial de Sollana el pasado 25 de junio fue extinguido 16 días después, tras extenuantes jornadas de trabajo constante protagonizadas por los bomberos. La presencia de material contaminante -la firma tenía permiso para tratar maderas, pero no metales ni plásticos- encendió las alarmas sobre la presencia de un posible rastro tóxico. Y los ecologistas no quieren que el episodio se cierre sin conocer todos los aspectos del siniestro. Así, Ecologistas en Acción-La Ribera en Bici ha enviado sendos escritos a la conselleria de Medio Ambiente y a la fiscalía para que «se investigue a fondo lo sucedido». Pedro Dominguez, portavoz de la entidad, enfatizó ayer que los sucesos de este tipo no son nuevos: «Hace dos años se registró un incendio similar en una planta de tratamiento de plásticos de Benimuslem y no es la primera vez que ocurre en la comarca. De hecho, hablamos una situación que se vive en toda España. Seguro que todo el mundo recuerda las impactantes imágenes de las montañas de neumáticos de coche en llamas de la planta de Seseña».
¿Quién se beneficia?
Por todo ello, el representante ecologista apuntó que «se debe ahondar en las causas del incendio, en la forma en que se ha controlado y en los impactos sobre la salud de los bomberos, la población y el medio ambiente, con l'Albufera al lado. Las preguntas son claras: ¿Quién se beneficia de este incidente?, ¿Se hacen revisiones adecuadas en estas instalaciones?... Ese es el quid de la cuestión. Eso es lo que queremos saber». Por último, Domínguez también enfocó su mirada a la ingente cantidad de residuos generada por el ser humano: «La causa final de estos incendios, de que haya plásticos por todos los lados, es que se generan muchos residuos y encima no se tratan bien».
