Guadassuar fue uno de los puntos más afectados por el «reventón atmosférico» del pasado 1 de julio que combinó agua, granizo y viento. Fue breve pero intenso. Suficiente para arrasar con más de 1.800 hectáreas de cultivo del municipio ribereño, sobre todo de caqui. Las pérdidas entre los agricultores son tan cuantiosas que el Consell Municipal Agrari decidió reunirse de urgencia para encontrar un remedio a una catástrofe que arrasó con campos enteros. De ese encuentro, junto con el alcalde Voro Montañana, se decidió dar un paso al frente para paliar las graves consecuencias del virulento temporal que azotó la comarca. Para ello, llegaron a un acuerdo para solicitar la declaración de zona catastrófica y poder optar a ayudas para los agricultores. «Esto ha sido un desastre. El pedrisco trituró la fruta y ha dejado a muchos labradores sin nada. Además de las cosechas, también se van a perder muchos puestos de trabajo y lo peor es que estamos en una zona donde la economía de muchas familias depende del sector primario», señalaron fuentes de la cooperativa de Guadassuar, Guadacoop.

Paralelamente, el consistorio también tiene previsto exigir que se decrete la devolución del IBI de rústica de 2018 y que se aplique la máxima reducción de los módulos agrarios. La inclusión de un nuevo índice corrector que afecte a las indemnizaciones de los seguros en casos de siniestro también se considera necesaria. Junto a ello, el Ayuntamiento de Guadassuar reclamará a la Administración autonómica y estatal que articule subvenciones a fondo perdido, que se concedan créditos sin interés, que se eliminen las cotizaciones agrarias durante un año para compensar la pérdida de la producción y los gastos extraodinarios de poda y regeneración y reposición de arbolado.

En vistas al futuro

Las autoridades locales solicitarán a la Generalitat que tome medidas para conceder ayudas que puedan paliar la pérdida de cosechas, jornales de recolección, transporte, manipulación y comercialización. Y es que la tormenta dañó en Guadassuar los árboles, los cítricos y, principalmente, los caquis. Junto con los sindicatos agrarios como AVA-Asaja o La Unió, han reclamado a los seguros que establezcan una tasación que permita indemnizar el 100 % del daño real, con independencia de las franquicias de los seguros. «El golpe ha sido muy duro. Fue de sorpresa y en unos minutos se llevó el trabajo de todo un año. Necesitamos más que nunca el apoyo de corporaciones locales, provinciales y estatales. Son los únicos que pueden poner un parche a este caos. La gente no es consciente todavía del grado total de afección que hay en nuestra localidad», sentenciaron.