La Guardia Civil y los Carabinieri italianos han desarticulado una organización criminal dedicada a la falsificación de vehículos que habían sido sustraídos en Italia para venderlos posteriormente en España. En la operación han sido detenidas 13 personas (cinco en Italia y ocho en España) e investigadas dos más, con edades comprendidas entre los 25 y 60 años, y se han recuperado nueve vehículos. Se les atribuyen los supuestos delitos de pertenencia a organización criminal, sustracción de vehículos, hurto, falsificación de documento público y privado, estafa, receptación y contra la salud pública.

Los vehículos sustraídos en Italia eran sometidos a cambios en el número de bastidor, la placa de matrícula y documentos de circulación y cartas de propiedad para darles una apariencia de legalidad. De las gestiones practicadas, se detectó que el nexo común entre los vehículos inspeccionados era una empresa situada en el polígono industrial de Sueca regentada por dos ciudadanos de origen italiano.

El modus operandi de esta organización consistían en sustraer vehículos en Italia con pocos kilómetros y casi nuevos. Además, sustraían los permisos de circulación italianos en blanco, para poder introducir los datos a voluntad. En los vehículos de alta gama, además, elaboraban cartas de propiedad italianas falsificadas. Finalmente, doblaban la matrícula de otro vehículo de la misma marca y modelo, cuya localización estaba en Italia y nunca había sido denunciado por lo que era prácticamente indetectable la situación de ilegalidad en España. Manipulaban el número de bastidor de cada vehículo eliminando el original y troquelando otro que coincidiría posteriormente con la documentación que iban a elaborar al efecto.

Una vez troquelado el número de bastidor (VIN) el coche era pintado de nuevo, de tal modo, que solo expertos profesionales en la sustracción de vehículos o profesionales dotados de maquinaria específica, serían capaces de detectar la falsificación.

Los números de los permisos de circulación italianos se manipulaban con una simple operación de raspado con precisión milimétrica, que por ejemplo convertía una "E" en una "F".