Es una consecuencia más de la ley de la oferta y la demanda, una máxima que manda en todos los mercados. Las heladas registradas durante el mes de mayo y el reciente temporal de pedrisco que ha afectado gravemente a los campos de la Ribera ocasionarán que el precio del kilo de caqui en origen llegue a duplicarse. En esta dirección apuntan las previsiones realizadas ayer por Benjamín Nogués, vicepresidente de la Asociació de Productors de Kakis (Aproka), una entidad que ayer fue presentada de forma oficial en Alberic y que nace con la idea de servir de nexo de unión para los agricultores de la provincia: «Es cierto que la mayoría de los integrantes, si no todos, somos de la Ribera, pero si viene un productor de caquis de Chiva -por ejemplo- que no tenga ninguna duda de que recibirá nuestro apoyo», comentó Nogués a Levante-EMV.

El portavoz de los productores confirmó ayer que Aproka, ya constituida en el registro oficial de asociaciones, nació a través de la red social whatsapp. «Primero montamos un grupo para compartir información y enseguida llegamos al tope de 256 contactos. Luego se creó otro grupo y enseguida se llenó. Esta canal de comunicación nos ha servido de mucho, porque es instantáneo y su uso es muy intuitivo. De ahí nació el germen de la asociación. Nos dimos cuenta de que necesitábamos unirnos para defender nuestros derechos», matizó ayer el vicepresidente de Aproka.

Los objetivos de los productores son varios, todos centrados en parar los «abusos» a los que se ven sometidos en la actualidad. Así, apuestan por el pesaje de cada cajón que se vende y no por una estimación de 19 kilos como la actual: «Hay poblaciones que van a recuperar la báscula municipal y eso nos será de gran ayuda. Queremos cobrar por lo que se cosecha, creo que es la mejor forma para todos», explicó el portavoz de la entidad. También apuestan por la introducción de modelos de contrato de venta estandarizados por la Generalitat, con la intención de reforzar la seguridad en los tratos para los productores e «incorporar la transparencia en las relaciones con los clientes». Esta fórmula ya ha sido negociada con la conselleria de Agricultura y los agricultores quieren que se aplique cuanto antes. De hecho, exigen un precio de venta mínimo que cubra los costes de producción y apuestan por un calendario que regule las fechas de recolección y una homogeneización de estándares de calidad: el propietario debe conocer los calibres que se dejan por recoger y controlar la forma de pago.

«Todos unidos y con la máxima información. Ese es nuestro objetivo, queremos tener seguridad para poder afrontar cada temporada», destacó Nogués.

Contactos con otras entidades

A su vez, desde Aproka también defienden la necesidad de estrechar lazos con los otros agentes del sector. AVA-Asaja, la Unió de Llauradors y la asociación de compradores son algunas de las agrupaciones con las que han comenzado contactos. «Creo que nuestro camino se ha de hacer junto a las entidades que ya llevan mucho tiempo en funcionamiento. Ir solos no tendría sentido», expuso el vicepresidente de los productores asociados de caqui. La entidad echó ayer a andar en un encuentro que tuvo lugar en el teatro Liceo de Alberic. Queda mucho camino por recorrer.