Carcaixent no quiere la tumba de Vjekoslav Luburi? en su cementerio. El equipo de gobierno que comanda Paco Salom ha iniciado los trámites para intentar que el creador del tercer campo de exterminio más sangriento de la II Guerra Mundial después de Auschwitz y Treblinka deje de dormir para siempre en el camposanto ribereño, donde el croata cuenta con una tumba desde que fuera asesinado en 1969 por un opositor político enviado por Tito.

La historia de Luburi? es de película. Comandante en jefe de todos los campos de concentración del régimen nazi de Zagreb, dirigió el complejo de la muerte de Jasenovac, donde se cree que fueron exterminados más de medio millón de serbios, judíos y gitanos. A «Maks» -el Carnicero, en castellano- le sucedió su cuñado, Dinko Sakic, a quien el tribunal que lo condenó en 1999 le atribuyó al menos 4.000 muertes.

Salom y el concejal Carles Albert se reunieron esta semana con el secretario autonómico de Justicia, Administración Pública, Reformas Democráticas y Libertades Públicas, Ferran Puchades, quien les trasladó las complicaciones legales que se observan desde la Generalitat Valenciana para acometer la exhumación de los restos. Sin embargo, existe voluntad entre ambas administraciones para buscar una solución a un tema que llega envuelto de la polémica creada por el nuevo gobierno socialista en su pretensión de sacar del Valle de los Caídos los restos del dictador Francisco Franco.

La primera vía que va a intentar el ayuntamiento carcagentino es ponerse en contacto con la embajada croata en España para invitar al gobierno de Kolinda Grabar-Kitarovi? a reclamar los restos de su conciudadano. Algo extraño dada la reputación de Luburi?, acusado de miles de asesinatos. «Queremos dar una solución al tema pero nos encontramos que la normativa actual no es específica con personajes que no pertenecen directamente a la Guerra Civil española. Al ayuntamiento nos han llegado requerimientos que nos exigen una solución», argumenta Salom.

Los técnicos del consistorio han podido constatar que el derecho funerario sobre la tumba está concedido a perpetuidad a una persona croata de la que no se tiene rastro y que nadie conoce. No se descarta iniciar un expediente de expropiación por el interés general pero el ejecutivo sabe que será un procedimiento largo que se puede demorar años. El Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica considera que la nueva ley que está impulsando el Gobierno del socialista Pedro Sánchez podría dar soluciones para exhumaciones como ésta, cuyo cuerpo sería trasladado a un lugar más discreto o devuelto al país del origen.