Catadau no renuncia a uno de sus objetivo patrimoniales: la protección de los festejos asociados a la Baixà de Santa Bàrbara. El Grup Cultural la Lluna y el ayuntamiento mantienen su apuesta para conseguir que el Consel acepte declarar esta manifestación cultural, folclórica y religiosa Bien de Interés Cultural. La solicitud se presentó hace dos años y sigue su trámite en el departamento de Cultura de la Generalitat.

La «Baixà de Santa Bàrbara» reúne los aspectos más característicos de la tradición valenciana. A la devoción religiosa a la patrona protectora contra las tormentas que amenazan las cosechas se unen bailes regionales tan característicos de la cultura autóctona como los bailes «dels pastorets, dels llauradors, de les vetes, dels cavallets, dels arquets, de la carxofa, dels cabuts» o la « Jota de Catadau», todos ellos acompañados por la musica del tabal y la dolçaina.

El carro de la murta abre paso a la «Baixà» alfombrando de plantas aromáticas el trayecto que recorre el desfile, desde la ermita de Santa Bárbara hasta la iglesia de San Pere Apòstol. El fuego, otro elemento muy representativo de las raíces culturales valencianas,también está presente a través de los clavarios de Santa Bárbara. Cada uno de ellos, vestido con bluson, pañuelo de labrador, pantalón rayado y alpargata de veta valenciana, porta unas tenazas de madera desde las que dispara cohetes que llena la avenida de detellos de luz.

La figura de Santa Bárbara es portada por un carro valenciano vestido con palmas en represención simbólica de una interpretación religiosa de la figura de Santa Bárbara como Mártir. La música de banda, ya declarada como Bienes de Interés Cultural Inmaterial de la Comunidad Valenciana, cierran la parte procesional de la «Baixà».

Al llegar a la plaza de la Iglesia, cierra el desfile una auto sacramental que representa, la manera que que un niño labrador pregunta a su padre el motivo de la devoción a Santa Bárbara. En la escenificación también participan los personajes de Santa Bárbara y su padre Dioscoro. Esta puesta en escena incorpora el acto de fe de la santa y la muerte de ambos, terminando con el recital de los gozos a Santa Barbara por parte del niño protagonista. Seguidamente, la imagen entra a la parroquia, donde estará hasta el final de los dias festivos en su honor.