La edición 2018 de las fiestas patronales de Riola está marcada por la polémica. Y por la pólvora. Por segundo año consecutivo, el municipio se ha quedado sin su tradicional «cordà» y todo apunta que hay dos posturas enfrentadas que, de momento, no han llegado a un punto medio de reconciliación . Por una parte se encuentran los defensores del acto, que denuncian que no se ha coordinado ninguna reunión durante todo el año para recuperarlo y culpan a la «desidia» del equipo de gobierno, que ha contratado por segundo año consecutivo un «correfoc» para sustituir, de algún modo, la actividad que antes se realizaba en la zona de la Creu.
Juanlu Rodrigo es el presidente de la entidad Creu en la Cordà de Riola. Ayer atendió a Levante-EMV y analizó la situación: «Yo he mandado emails al ayuntamiento y no me han contestado, se ve que no hay mucho interés. Nosotros defendemos que Riola se merece la actividad y queremos hacerla en el mismo lugar que siempre se ha hecho por tradición. Sé que se ha hablado de cambiar de ubicación, pero está claro que no sería lo mismo. Todo se puede estudiar, pero para ello hay que poner interés en hablar. A ver si el año que viene se puede negociar y Riola vuelve a tener el acto», argumentó el portavoz.
La agrupación coordinó el pasado lunes una cena reivindicativa para mostrar su rechazo ante la postura del ayuntamiento. Los organizadores apuntaron que cerca de un centenar de personas mostraron su apoyo a sus peticiones. Al paso del «correfoc» se gritaron consignas como «volem cordà» y al parecer hubo cierta confusión con la Policía Local, ya que el recorrido de la actividad pasaba por el lugar donde se organizó la cena y algún agente entendió que se podía entorpecer el paso de los participantes en la actividad. Aunque la Guardia Civil se personó en Riola, los testimonios recopilados por este diario apuntan a que el tema no fue a mayores.
El «correfoc» estuvo protagonizado por el grupo de València «Colla de dimonis de l'infern faller». Consultados por algún posible percance en el acto celebrado el pasado lunes, apuntaron que todo discurrió con cierta normalidad: «Como mucho creo que algún 'dimoni' tropezó con un defensor de la 'cordà' y hubo un empujón fortuito. Oímos los gritos, pero no pasó nada. Es el segundo año que venimos al municipio y lo hacemos encantados. Si hay alguna polémica nosotros no entramos en ella», declararon.
Este diario intentó ayer ponerse en contacto con la alcaldesa de Riola para conocer su versión de los hechos, pero descartó pronunciarse sobre lo ocurrido.
Disculpas por Facebook
La edición 2018 de las fiestas de Riola también ha saltado al terreno de las redes sociales. La ausencia del tradicional -y pequeño- castillo de fuegos artificiales que acompaña al paso de la patrona durante la procesión ha ocasionado que tanto el equipo de gobierno como la primer edil Judit Capellino se hayan disculpado en la red social Facebook ante el error humano cometido. Así, la alcaldesa publicó en su perfil público su lamento personal ante lo sucedido: «Todos somos humanos y cometemos errores y este ha sido un error, un error producido sin ninguna intención. A la pirotecnia se le ha olvidado y al equipo de gobierno también», matizó.
