La quinta edición del Medusa Festival ha dejado cifras de récord en cuanto al número de asistentes. Más de 150 artistas sobre el escenario en las dos «pre parties» y los tres días de certamen han conformado uno de los festivales más numerosos tanto en base al volumen de participantes como de artistas, pero eso no es todo. Detrás de un festival de estas características se mueve prácticamente una ciudad entera. Desde más de dos meses antes de la celebración han sido más de cien las personas que han estado trabajando en el montaje de adaptación del recinto para poder acoger una certamen de estas características.
Este número de trabajadores se ha ido incrementando a medida de que se acercaban las fechas del festival, llegando a contabilizarse más de 350 personas las que en las semanas previas trabajaban dentro del recinto. Desde el acondicionamiento de los terrenos con su correspondiente nivelado hasta el montaje de las barras metálicas que se convierten en pieza fundamental para poder sujetar los diferentes escenarios que este año ha preparado el artista fallero local Alfredo Bayona.
La propia organización hizo un llamamiento a través de las redes sociales para que toda aquella persona que quisiese trabajar dentro del festival pudiese hacerlo. Se inscribieron casi mil jóvenes llegados mayoritariamente de la comarca de la Ribera. Para hacer la selección se realizaron entrevistas, de las que salieron las cerca de 450 personas que se han encargado diariamente de diversas labores dentro del recinto del festival: camareros, guías informadores, personal de atención al público, informáticos, labores de secretaría, cajeras, acreditaciones, prensa, personal de control de los excesos, porteros, validación de entradas,....
Zona de acampada
También hay que contabilizar toda la gente que ha estado trabajando en la zona de acampada, tanto informadores como las personas que han estado encargándose de atender a los campistas y prepararles comida en el comedor del mismo. La organización del Medusa también contaba con un equipo de limpieza formado por cerca de 100 personas que han estado trabajando de forma diaria para mantener el recinto con unas condiciones adecuadas. A todo este personal, próximo a las mil personas, hay que sumar todo un servicio de seguridad montado alrededor del festival. A través de una empresa del sector, han sido cerca de 300 guardias los encargados de velar por la seguridad de los participantes en este festival ayudando a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para evitar cualquier incidente. Este año cabe destacar que dentro del servicio prestado por la empresa de seguridad contratada por el Medusa se ha contado con la presencia de perros adiestrados que se han sumado a los que también ha aportado tanto la Guardia Civil como la Unidad Canina de la Policía Local.
Más de 300.000 personas
En total, el personal movilizado por el Medusa se aproxima a las 1.500 personas, que han estado velando de una u otra manera para garantizar el bienestar y la seguridad de los asistentes, que la organización cifra en más de 300.000 personas.
Y todo esto para hacer posible las casi 67 horas de música que se han vivido en este quinto aniversario del Medusa, una media de 13 horas ininterrumpidas durante los tres días que ha durado el festival, lo cual da un total de 39 horas sin parar la música dentro del recinto, a las que hay que sumar las 28 horas de las dos fiestas «pre party».
