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Senyera deja en suspenso 2 años más el PAI que prevé duplicar el casco urbano

El consistorio considera que el proyecto de 2005 aún es inviable y agota la prórroga que prevé la ley

Vista aérea del núcleo urbano de Senyera que el PAI abraza por dos laterales para ampliarlo. vicent m. pastor

El Programa de Actuación Aislada (PAI) diseñado en los años del «boom» inmobiliario que contempla una ampliación del casco urbano que prácticamente duplica el suelo residencial en esta pequeña localidad seguirá en suspenso dos años más. La corporación municipal considera que no se dan las circunstancias para acometer un proyecto tan ambicioso -cabe recordar que el coste de ejecución del PAI ascendía ya en el año 2005 a 4,8 millones de euros- cuando, además, según explicó ayer la alcaldesa de Senyera, Paqui Momparler, los propietarios de los terrenos no han mostrado interés y en el casco urbano actual hay «muchas casas en venta». «Creo que se podrá hacer, pero no es el momento. Iniciarlo ahora sería una locura», comentó la alcaldesa.

El Ayuntamiento de Senyera ya se acogió en 2016 a la posibilidad que contempla la ley valenciana de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje de dejar en suspenso un PAI durante dos años prorrogables por otros dos cuando así lo aconsejen causas de interés público o la viabilidad económica de la actuación. El consistorio, que unos meses antes había retirado la condición de agente urbanizador al promotor por incumplimiento del contrato al haber transcurrido más de una década desde la adjudicación sin que se iniciaran las obras, consultó con un amplio grupo de propietarios sobre sus expectativas en un sector que, tras romper con el agente urbanizador, se contempla desarrollar por gestión directa. Cabe señalar que corresponde a los dueños asumir los costes de la urbanización.

El parón del sector inmobiliario que había provocado la crisis ya aconsejó entonces aplicar una primera suspensión a la espera de que mejorara la coyuntura económica con la perspectiva de, transcurridos dos años, volver a valorar la viabilidad del proyecto. Cumplido el plazo, el ayuntamiento no ha tenido dudas de que lo mejor es mantenerlo congelado a la espera de tiempos mejores.

Paqui Momparler explicó que, en este caso, no se había convocado a los propietarios, si bien recordó que en su momento se ofreció la posibilidad de dividir el sector en fases si hubiera algunos interesados sin que, según dijo, nadie se dirigiera al ayuntamiento planteando esta posibilidad. «No digo que no haya alguien que pueda tener interés, pero la mayor parte de propietarios seguro que no, es inviable», incidió la alcaldesa, mientras señalaba que, de cara al futuro, se podría acometer la ampliación del núcleo urbano que contempla este programa urbanístico por fases ya que, subrayó, «hacerlo todo a la vez va a ser difícil».

Ligera merma de población

Este PAI contempla una ampliación del pueblo a través de dos bordes urbanos que prácticamente duplican la superficie del núcleo actual. Si bien esta pequeña localidad registró en los años previos a la crisis una etapa de crecimiento demográfico que dio lugar a estos planes expansivos, los últimos datos apuntan un ligero descenso del padrón municipal que, según detalló Momparler, tiene censados en la actualidad 1.140 vecinos.

«Si hubiera habido alguna petición se podría haber realizado por fases, pero tenemos un Plan de Reforma Interior (PRI) -otro sector residencial que genera suelo para cerca de 40 viviendas- parado desde 2012», incidió la alcaldesa para justificar que en estos momentos resulta innecesario generar más suelo residencial. El ayuntamiento deberá decidir cuando finalice la prórroga de la suspensión si acomete el desarrollo de este sector urbanístico o desclasifica el terreno y éste recupera la condición de rural.

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