Los pacientes que padecen este tipo de arritmia tienen un riesgo cinco veces más alto que cualquier otra persona de sufrir un ictus, ya que esta patología genera coágulos (trombos) en el corazón que, al desprenderse, llegan por el torrente sanguíneo al cerebro pudiendo obstruir una arteria y originando, de esta forma, el accidente cerebrovascular. La técnica aplicada por la Unidad de Hemodinámica del Servicio de Cardiología del Hospital de la Ribera, conocida como «cierre percutáneo de la orejuela izquierda», se aplica en pacientes en los que no es posible utilizar un tratamiento anticoagulante para evitar los trombos en el corazón, por el riesgo de complicaciones hemorrágicas que este tratamiento produciría en el paciente.

Según destacó ayer el jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Alzira, Enrique Peris, «esta técnica consiste en taponar con una prótesis metálica el lugar donde sabemos que se originan el 90 % de esos coágulos, que es la orejuela izquierda, una estructura que se encuentra en la aurícula izquierda del corazón».

Estudio detallado

Para llevar a cabo la técnica, y previamente a la intervención a desarrollar por los sanitarios, se realiza un estudio detallado del corazón mediante ecocardiografía transesofágica y tomografía que permite determinar el tamaño y morfología de la orejuela.

La ecocardiografía transesofágica, es un tipo de ecocardiografía en la que las imágenes del corazón se obtienen desde el interior del esófago mediante un tubo que lleva conectado un transductor y que genera ondas sonoras que rebotan en el corazón y que se convierten en señales eléctricas que pueden observarse en una pantalla de televisión.

Una vez estudiadas las características morfológicas de la orejuela, los profesionales de la Unidad de Hemodinámica proceden al cierre de la misma. «El procedimiento se realiza bajo anestesia general y ayudados, de nuevo, por la imagen de la ecografía transesofágica, además de la fluoroscópica», apostilló ayer el doctor Enrique Peris. Los especialistas del Hospital Universitario de la Ribera ha intervenido con este procedimiento «minimamente invasivo» a nueve pacientes.