El tercer incendio que sufren las instalaciones de la cooperativa hortofrutícola de Alginet también ha sido provocado. Los investigadores tienen pocas dudas: el fuego arrancó en dos focos distintos y el solar que albergaba los 45.000 cajas y palets que ardieron no presentaba ningún elemento susceptible de generar una llamarada. La reiteración de siniestros similares que se han registrado en menos de tres años también alienta la sospecha. Por tanto, hay motivos para la preocupación. El gerente de la entidad, Eliseo Guerrero, admitió ayer la inquietud que siente, aunque fue tajante a la hora de afirmar que esta vez tampoco habrá consecuencias: los niveles de producción y empleo que se habían previsto para la nueva temporada agrícola se mantienen. No habrá consecuencias en una institución que acaba de sanear sus cuentas con la venta, por 8,5 millones, a Top Recambios del enorme complejo industrial situado junto a la autovía A-7 al que pretendía trasladarse.
El fuego no afectó a las naves de selección y envasado de la cooperativa, por las que pasarán miles de toneladas de caquis y naranjas dentro de unas semanas. El incendio se produjo en un solar habilitado para almacenar los cajones de recolección. «En consecuencia, Coagro va a trabajar con normalidad; el incendio no va a afectar lo más mínimo a la producción y el trabajo para los quinientos empleados que tendremos durante la campaña está asegurado», enfatizaba ayer el gerente con el ánimo de tranquilizar a los socios.
El principal temor que sacudió a los directivos de la cooperativa y a las autoridades locales fue el riesgo de que las llamas afectaran a seis casas muy próximas, cuyos residentes tuvieron que ser evacuados de manera preventiva. El almacenamiento en ese lugar de los palés era provisional, ya que el mismo martes concluyeron los trabajos de alquitranado de la campa que ardió en febrero, a los que se trasladarán ahora para evitar nuevos riesgos.
«Todo resulta muy extraño»
La extinción concluyó pasadas las tres de la madrugada. Ninguno de los agentes de policía ni los 18 bomberos que intervinieron en el operativo tuvo la más mínima duda respecto al origen de las llamas: alguien las provocó intencionadamente. El alcalde de Alginet, Pepe Alemany, también se mostraba ayer convencido: «El solar estaba vallado y las llamas partieron a la vez de dos puntos; todo esto resulta muy extraño y no acabamos de comprender cómo puede haber alguien interesado en hacer alguna cosa así».
El primer incendio sobrevino en abril de 2016 en la nave más antigua de la cooperativa. Allí también se almacenaban cajones de cartón y plástico. Dos años más tarde, y también en torno a la una de la madrugada de un fin de semana, ardieron 120.000 cajones, palés y maquinaria industrial. Los daños se evaluaron entonces en un millón de euros.
La investigación más pormenorizada que realice la policía judicial podrá aportar ahora los detalles técnicos sobre el modo en que arrancaron el martes las llamas del tercer incendio.
