Los agricultores de la Ribera miran con preocupación al cielo. El temido granizo volvió a aparecer en la madrugada de ayer en algunos puntos de la Ribera Alta y, si bien no se prevén daños muy elevados, llueve sobre mojado, ya que se trata de zonas que se vieron afectadas por el temporal de principios de julio.

El temor es incluso mayor en la Ribera Baixa, a las puertas del inicio de la campaña de recolección del arroz. «Si cayera piedra sería un desastre porque el arroz está muy sensible, está muy maduro y, especialmente en las variedades tempranas como el 'bomba' o 'fonsa', solo el viento ya puede causar muchos problemas», alertó el responsable de la sectorial del arroz de AVA, Miguel Minguet. La tormenta que en la mañana de ayer se desencadenó en torno a l'Albufera -y que afectó principalmente a municipios de l'Horta- fue todo un aviso.

Unas horas antes, sobre las 3,30 de la madrugada, otra tormenta dejaba registros de hasta 35 l/m2 en Tous con precipitaciones de granizo que afectaron también a Gavarda, Antella, Càrcer, Alberic y la partida de la Garrofera de Alzira, además de Tous. La Unió de Llauradors estimó ayer en 712 hectáreas la superficie afectada en la Ribera Alta. El secretario comarcal del sindicato, José Carlos Martínez, aseguró haber visto «impactos considerables» en caquis y, si bien dejó claro que no había sido una gran granizada, indicó que «ha causado daños». «Hay que ser cautos, a diferencia del caqui, en el caso de los cítricos tienes que esperar más para ver los efectos, pero no parece una afección grande», indicó.

El vicepresidente de AVA, Bernardo Ferrer, señaló que no siempre que hay precipitaciones de granizo se producen daños y, en este caso, dijo, «no se puede hablar de daños cuantiosos», aunque admitió la alarma que genera este fenómeno, especialmente en una zona que ya se vio castigada por la tormenta del 1 de julio. «El agua es bienvenida en esta parte de la Ribera para el engorde de las navelinas, las mandarinas y el caqui. Limpia los árboles y engorda la fruta», incidió, mientras alertaba por contra del riesgo que estas precipitaciones pueden representar para el cultivo del arroz.

Miguel Minguet incidió en que los pronósticos derivados de la inestabilidad atmosférica que seguirá en los próximos días alimentan esta preocupación ya que, según dijo, «en unos pocos días se puede perder la cosecha de arroz».