La lluvia no pudo con la ilusión, el trabajo colectivo y el fervor de los vecinos de Algemesí. Las predicciones meteorológicas del viernes auguraban una mañana pasada por agua, pero el cielo se contuvo hasta que la Mare de Déu de la Salut entró en la basílica de Sant Jaume, con lo que se ponía fin a una Processoneta del Matí que no se vio afectada por las precipitaciones.

Alrededor de las 10,00 horas de la mañana se podía notar la impaciencia y la tensión en el ambiente. Todo el pueblo miraba de reojo a un cielo gris que amenazaba con descargar lluvia. Pero los vecinos tenían claro que mientras eso no ocurriese, llevarían a cabo los rituales y las danzas propios de la Festa de la Mare de Déu de la Salut. Y así lo hicieron. La expectación era tal que, incluso antes de que comenzara la procesión, centenares de personas aguardaban con impaciencia la llegada de los primeros protagonistas en la plaza Mayor, donde finaliza el recorrido.

Como es habitual, los niños abrieron la comitiva con la interpretación de los Misterios y Martirios. Como novedad este año, lo hicieron sobre una plataforma con ruedas, que los llevó desde la Capella de la Troballa hasta la basílica. Tras ellos, las dos muixerangas de la ciudad volvieron a demostrar a los vecinos y visitantes que son capaces de hacer frente a la gravedad. La «Blava» y la «Nova» alzaron una torre humana tras otra. Siempre buscando tocar el cielo con la yema de los dedos. Los más pequeños subían a lo más alto y lanzaban besos a los vecinos que ocupaban la estrecha calle Berca; algunos estaban sentados en las aceras, otros observaban embelesados desde sus balcones. Todo ello aderezado con la música de las «dolçainas» y los «tabalets», que dadas las propias características del angosto vial suenan de una manera única. Los Mestres muixeranguers daban las órdenes y las «collas» obedecían, arrancando aplausos con cada una de sus figuras.

Ritmo frenético

A continuación, los Bastonets hicieron su aparición para emular arduas batallas. Su precisión con los bastones y las planchas era milimétrica, incluso cuando la danza alcanzaba su ritmo más frenético. Bastones de madera y planchas metálicas chocaban las unas con las otras, de nuevo con el acompañamiento musical de los instrumentos autóctonos.

La composición que surge de la combinación de todas las danzas que participan en las tres procesiones en honor a la Mare de Déu de la Salut destaca por su espectacular belleza plástica. Y dentro de ésta, juegan un papel muy importante aquellas compuestas los más jóvenes de la localidad. Pastoretes, Carxofa y Arquets sacan a relucir una de las facetas más coloridas de la Festa. No solo eso, los más pequeños transmiten con sus actuaciones una ternura que se nota en el ambiente.

Un ambiente que, por otra parte, creció con el paso del tiempo y la llegada a los alrededores de la plaza de más y más gente, haciendo un guiño a uno de los latiguillos más famosos del Dúo Sacapuntas. Llegado un cierto momento de la mañana, eran miles y miles de personas las que ocupaban calles, plazas y balcones para disfrutar de la jornada festiva.

A medida que la procesión se acercaba a su fin, todo hacía indicar que las grises nubes no podrían aguantar más la lluvia que ansiaban soltar sobre Algemesí. Pero seguía respetando el ritual. Así que las danzas continuaron su desfile. Le llegó el turno a los Llauradores, que hicieron las delicias del público con su tradicional bolero.

La emoción y la preocupación se sentían a partes iguales entre el público cuando la cruz se acercaba a la céntrica plaza. El nublado cielo dejó caer algunas gotas y entre la multitud se escuchaban algunas frase que, en esencia, se podrían resumir así: «Para lo poco que queda, que no se ponga a llover».

Llovizna intensa

Los Tornejants lanzaban al aire una y otra vez sus flexibles varas, en uno de los ejercicios de danza más maleable de cuantos se ven en la Processoneta del Matí. Los Voltants escoltaban la imagen religiosa que, a escasos metros de entrar en la plaza, empezó a empaparse con una ligera llovizna que creció en intensidad con el paso del tiempo. «Ay, pobre la Mare de Déu, que se lanzará a perder», proclamó una mujer preocupada del público.

Pero eso no frenó la procesión. Todas las danzas se juntaron frente a la basílica e hicieron una última muestra de sus habilidades junto a una Mare de Déu que finalmente entró en la basílica, a resguardo del agua. Cuando todo parecía ya acabado, una de las torres de la Muixeranga cayó, aunque no hubo que lamentar heridos de gravedad. La ovación fue atronadora y el público aguantó el chaparrón bajo sus paraguas. Ya por la tarde, la Volta vespertina arrancó sin percances y así seguía al cierre de esta edición.

Sonidos familiares venidos del lejano oriente

La «dolçaina» y el «tabalet» son los dos instrumentos musicales más representativos de la Festa; sus notas acompañan las distintas partes de las procesiones. Este año han vuelto a demostrar su valía musical cuatro japoneses que ya habían tocado con anterioridad los dos instrumentos autóctonos durante las fiestas. Una vez más, se integraron a la perfección entre los músicos locales sin dar la nota.

La Festa de Algemesí maravilla a los delegados internacionales

? Con motivo de la Asamblea General de la ICCN 2018, Algemesí ha congregado durante estos días a delegados internacionales de todos los rincones del mundo. Su objetivo no era otro que poder conocer de primera mano la Festa de la Mare de Déu y los encantos que llevaron a su nombramiento como Patrimonio Inmaterial de la Unesco. El resultado no ha podido ser más satisfactorio. Los representantes de países como Corea, China, Italia o Filipinas, entre otros muchos países, se han quedado impresionados con una fiesta barroca, de gran belleza y cuyas danzas entrañan una cierta dificultad. Pero sobre todo, lo que más les ha impresionado es el conjunto en sí mismo. En otros países hay danzas protegidas por su valor patrimonial, pero en Algemesí es todo un grupo, a cada cual más singular y espectacular. Aunque los delegados internacionales eran conscientes de la espectacularidad de la Festa de la Mare de Déu gracias a los vídeos e imágenes que habían visto con anterioridad, quedaron completamente embelesados al ver como cada uno de los componentes de la procesión realizaba sus danzas y rituales en la plaza Mayor. Más de uno repetirá la experiencia.

Las procesiones de Algemesí cuentan, entre sus muchas virtudes, con una gran abanico de colores. Ayer se vio otro desfile igual de colorido, aunque éste fue político. La cita se coló en la agenda de una gran cantidad de altos cargos del Consell, la Diputació, así como dentro de sus respectivas formaciones políticas. Entre las autoridades que se han dejado ver por Algemesí durante estos días figuran: el presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera; el presidente de la Diputación, Antoni Gaspar; el conseller de Economía, Vicent Soler; el conseller de Economía Sostenible, Rafa Climent; el embajador de España en la Unesco, Andrés Perelló; la vicepresidenta de la Diputación, Mª Josep Amigó; la presidenta del PPCV, Isabel Bonig; la portavoz del PP en la Diputación, Mª Carmen Contelles; la portavoz de Ciudadanos en la Diputación, Mª Carmen Peris; y los diputados provinciales Rafael Soler y Josep Bort. Tampoco han faltado los diputados Joan Baldoví y Vicente Ten, así como la diputada Blanca Garrigues; la directora de Música y Cultura Popular, Marga Landete; o el director general de Deportes, Josep Miquel Moya