? Las letras están pintadas en blanco sobre la roca con una pintura especial (años atrás se cambió el material que se usaba para darles color, dejando de lado la cal). La superficie total sobre la que están instaladas es prácticamente la equivalente a un campo de fútbol, ya que cada letra mide 130 metros de alto por 40 de ancho. El característico letrero forma ya parte del paisaje del municipio y es visible a decenas de kilómetros de distancia.
Bien podría decirse que no hay mejor publicidad, o valla publicitaria, para la población que las ya tan famosas letras de Cullera en la montaña, a pesar de que, en su día, algunas personas no vieron con buenos ojos que fueran iluminadas bien por su alto coste o bien por ser un añadido al ya tan contaminado lumínicamente cielo de Cullera. Con sus detractores, los que menos, y sus partidarios, casi todos; las letras, de momento, perduran incluso cuarenta años después de su instalación. En todo este tiempo, el emblemático letrero ha vivido anécdotas de todo tipo. Un ejemplo sería aquel día en el que Cullera amaneció «Culebra». Un grupo de personas subieron a la montaña y colocaron una serie de sábanas blancas de tal forma que el topónimo se había transformado en el nombre del reptil. Del mismo modo, queda para el recuerdo aquella ocasión en la que el ayuntamiento de la localidad intentó que el letrero se incluyera en el Libro Guinness de los Records; no obstante el de Hollywood resultó ser más grande, por lo que la iniciativa quedó frustrada.
