Los excesos de un mundo globalizado, industrializado y sobrepoblado pasan factura al planeta de distintas maneras. Aunque en la actualidad exista una cierta concienciación en esta materia, se promuevan mayores controles y se tomen medidas al respecto, lo cierto es que esa tarea se puede mejorar. Sin ir más lejos, la única instalación de la conselleria de Medi Ambient que mide la calidad del aire en la Ribera está situada en una zona rural de Alzira, alejada por completo de la urbe y de los puntos con mayor tráfico y, por tanto, de los lugares que presentan una contaminación ambiental más elevada. Este hecho ha generado multitud de críticas por parte de los colectivos ecologistas, especialmente de La Ribera en Bici-Ecologistes en Acció, que demanda un traslado de la estación, así como la instalación de un segundo medidor en Cullera o Sueca.

Lo que para los ecologistas parece de sentido común no lo ha sido para aquellos que tomaron la decisión de instalar la estación que mide la calidad del aire. «Lo que interesa es conocer el nivel de contaminación existente en la zona, al menos la concentración de los principales agentes contaminantes, por lo que lo lógico sería situarla en el lugar donde mayor contaminación haya», manifestó el colectivo. A lo que añadió: «Ponerla a las afueras de la ciudad, al lado de los campos, no parece algo demasiado acertado».

En ese sentido, hay que remarcar que la instalación se sitúa cerca de la CV-550, la carretera que une Alberic con Alzira y atraviesa Benimuslem. Dicho vial soporta, de media, el tráfico de algo más de 10.000 vehículos; esta cifra supone la mitad del que se condensa en la CV-50 a su paso por la capital de la Ribera Alta (con su respectiva contaminación de más).

El grupo ecologista realiza la siguiente reflexión sobre la necesidad de estos controles y, por tanto, de su correcta ubicación: «Respiramos unos 8.000 litros de aire al día, lo que equivale a unos 10 kilogramos, mucho más que la cantidad e alimentos o agua que ingerimos. Si el aire no está limpio, con él respiramos los contaminantes que le acompañan y nuestra salud padece las consecuencias. Por eso, igual que se hace con el agua que bebemos, es necesario y legalmente obligatorio analizar el aire».

Comparación con València

Además, si se compara la situación con la existente en la capital provincial, donde existen 8 de estas estaciones, «una por cada 100.000 habitantes, aproximadamente» la conclusión es sencilla: La Ribera Alta y Baixa supera la cifra de 300.000, por lo que consideran conveniente ampliar el número de sistemas. Ciudades como Sueca o Cullera serían los enclaves planteados.

En el caso de Alzira, La Ribera en Bici propone trasladar la instalación que analiza la calidad del aire a puntos más concurridos de la población como es el caso de la Rotonda de les Fulles o en la isleta triangular situada en la entrada de la avenida de la Hispanidad.