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Alzira quiere recuperar la vivienda de Jaume I

El gobierno local busca financiación para convertir el torreón en el que murió el monarca en un centro de interpretación de su figura histórica

Jaume I volverá a su casa de Alzira. Pero no todavía. No en un futuro inmediato. El equipo de gobierno trabaja desde hace tres años en un proyecto que busca convertir la Casa del Rey, el inmueble en el que muchas hipótesis históricas aseguran que cerró los ojos por última vez el monarca conquistador, en un centro de interpretación que ayude a conocer mejor la vida y obra de uno de los personajes más importantes de la historia de un territorio valenciano que él se encargó de inaugurar como Estado medieval. El ejecutivo alcireño, sin embargo, se niega a ofrecer una fecha porque el proyecto (desarrollado por un equipo de arquitectos de la localidad) está muy lejos de ser una realidad. «Este es el gobierno de lo micro. Vamos poco a poco y siempre somos realistas. Sabemos que hay importantes elementos patrimoniales de nuestra ciudad que necesitan atención y es en ellos en los que nos vamos a centrar. Esperamos que la Generalitat Valenciana tenga más recursos económicos para poder conseguir financiación que nos permita llevar a cabo más proyectos», tercia el concejal de Gestión Urbanística, Fernando Pascual, para justificar la espera.

Son escasos los restos que quedan en la actualidad en el barrio histórico de la Vila del torreón que sirvió de vivienda a Jaume I. El cronista e historiador Aureliano Lairón apunta que el rey visitó la ciudad en más de una decena de ocasiones, y subraya que, también desde allí coordinó las ocupaciones de territorio en el sur del territorio. La construcción musulmana ya estaba en pie cuando llegó el rey aragonés (la conquista de la capital de la Ribera llegó en 1242) por lo que a día de hoy cuenta, como mínimo, con siete siglos de antiguedad. Los gestores del ayuntamiento barajaron incialmente la reconstrucción fidedigna de la torre pero las propuestases actuales hablan más de habilitar un espacio que pueda servir de centro de interpretación.

Alzira ha sido siempre una referencia ineludible en la reconstrucción de la vida de Jaume I. La Casa del Rey fue conocida popularmente como Casa de l'Olivera, porque en su interior creció un olivo en la parte más alta del muro que era apreciable desde el exterior. El árbol se secó en la segunda década del siglo XIX.

Era un habitáculo humilde, sin ostentaciones. Sin excesivas comodidades en un siglo XIII caracterizado por las limitaciones en el bienestar general. El torreón se localiza en el número 5 de la calle Major Santa Maria y de él apenas quedan restos de sus imponentes muros.

Escolano (como recopiló el historiador Vicent Pelufo) ya describía la estancia del rey en Alzira: «Entre este muro nuevo y el viejo que antes tenía, vino a quedar cerrado el castillo o torre grande y tan fortificado, que los moros se hallaron con un freno echado blandamente a las bocas para los movimientos que se podían ofrecer. Después se hizo una puerta en aquel muro, donde está agora el Hospital de Nuestra Señora».

Según el historiador (que consultó diferentes fuentes históricas directas como el Llibre del Repartiment o la Crònica del Rei) en aquel torreón, del que hoy sólo queda una cara en pie, se llegaron a celebrar hasta sesiones de las Cortes. También afirma que fue allí donde recibió sus últimos sacramentos, abdicó de la corona y proclamó rey a su hijo, el que sería en adelante Pere III de Aragón y I de València. El fallecimiento, según el investigador Pere Tomich, se produjo el 27 de julio de 1276.

Poner en valor la Historia

El consistorio ha desarrollado en los últimos meses diferentes iniciativas para poner en valor a Alzira como una de sus ciudades preferentes del rey valenciano. La intención es ir engarzando una completa oferta que sirva como reclamo turístico y educativo. Explotar el valor histórico de la presencia repetida de Jaume I en la capital de la Ribera. No hay fecha para el regreso del monarca pero todo indica que volverá. Pocas ciudades como Alzira pueden sacar pecho de un pasado con un hecho histórico tan relevante.

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