La consellera de Justicia, Administración Pública, Reformas Democráticas y Libertades Públicas, Gabriela Bravo, ha asegurado que acabar con la violencia machista "es una prioridad para este Consell". Por ello, ha defendido que el Pacte Valencià contra la Violència de Gènere i Masclista ha de servir de "eje de actuación de todas las administraciones", así como para "aislar" a los maltratadores y "decirles que no tienen cabida en esta sociedad".

La consellera se ha expresado así en Llaurí, donde ha inaugurado la jornada 'Los nuevos retos de la actuación policial frente a la violencia de género'. En el acto han estado presentes también la alcaldesa de la localidad, Ana María González y el director de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, José María Ángel. El encuentro ha reunido a especialistas de los cuerpos y fuerzas de seguridad con representantes de la fiscalía, la judicatura, los servicios sociales y las oficinas de Asistencia a las Víctimas del Delito.

Gabriela Bravo ha destacado que estos encuentros formativos son relevantes porque "necesitamos formación y especialización de todos los profesionales que participan en casos de violencia de género para que las víctimas puedan recibir la ayuda que necesitan de forma inmediata".

En este sentido, la consellera ha recordado que más de 1.378 mujeres han sido asesinadas por sus parejas en las últimas dos décadas. De las 35 mujeres muertas por violencia de género este año, dos de ellas lo fueron en la Comunidad Valenciana y solo seis habían denunciado previamente, menos del 20%. "Es un porcentaje muy bajo -ha dicho la consellera- y precisamente por ello es nuestro deber y nuestra obligación asegurarnos de que la Administración Pública proporciona todos los elementos y herramientas necesarios para proteger a las víctimas, de forma que entiendan que la solución a su situación pasa por denunciar".

Por último, Gabriela Bravo ha reivindicado que las víctimas no pueden ser "meras espectadoras de este proceso". Por ello, "es esencial que las instituciones intervinientes en un caso de violencia de género desarrollen una empatía hacia la víctima que, lejos de tratarlas con condescendencia, cree un proceso que gire alrededor de ella".