Más de la mitad de los cerca de 900 incendios que la Conselleria de Medio Ambiente contabiliza en la Ribera Alta en los últimos dieciocho años fueron intencionados mientras que apenas un 3,5 % se iniciaron por causas naturales, es decir, tras la caída de un rayo. Por su parte, un 33 % de los incendios tuvo su origen en una negligencia y en este apartado destacan los que se iniciaron en una quema agrícola. Los cerca de 870 fuegos que el Sistema Integrado de Gestión de Incendios Forestales contabiliza en la comarca entre el 1 de enero del año 2000 y el pasado 31 de agosto -la estadística que Levante-EMV ha completado con los datos que mensualmente publica la propia conselleria toma como referencia el municipio en que se originó el fuego- afectaron a una superficie de alrededor de 5.000 hectáreas.

Se trata mayoritariamente de conatos -así se define en el argot profesional cuando la extensión afectada no supera una hectárea- y, de hecho, los dos grandes incendios que ha sufrido la comarca en este período representan un 80 % de esas 5.000 hectáreas calcinadas. Por un lado, el fuego declarado en septiembre de 2010 en la Loma de Vicentico, en el término municipal de Rafelguaraf, en el que según la estadística oficial ardieron 2.059 hectáreas y, mucho más reciente, el que se originó en el Puig Gros de Carcaixent en junio de 2016, que arrasó un total de 2.210 hectáreas. A estos datos habría que añadir las casi 790 hectáreas de los términos de Sellent, Sumacàrcer y Cotes que ardieron en paralelo al incendio de Carcaixent tras propagarse el fuego iniciado en Bolbaite. Otros incendios importantes que permanecen en la retina son los registrados en Llombai en los años 2011 y 2012 que afectaron a casi 170 hectáreas de masa forestal.

Negligencias varias

Un tercio de los incendios tuvo su origen en negligencias y, en este apartado, el Sistema Integrado de Gestión de Incendios Forestales, que ofrece datos hasta diciembre de 2015, distingue diferentes tipos, desde la quemas agrícolas (102 casos en ese período) a quemas de basuras (29) o de pastos (3), además de aquellos iniciados en hogueras (6), por culpa de algún cigarro arrojado por un fumador (15) o como consecuencia de la realización de trabajos forestales. También registra un par provocados por el ferrocarril. Los boletines mensuales de la conselleria son más genéricos al diferencia únicamente entre incendios incencionados, los causados por un rayo, por una negligencia o aquellos en los que se desconoce la causa o siguen en investigación.

La Ribera Alta deja atrás la época de mayor riesgo -a pesar de que los expertos alertan de que éste ya no se limita a los meses de verano- de un año hasta ahora tranquilo desde el punto de vista de los incendios forestales ya que la estadística mensual de la conselleria apenas contabiliza hasta el 31 de agosto 39 incendios con una superficie de 14,5 hectáreas afectadas, muy inferior a la del año pasado, cuando ardieron 45 hectáreas en 59 fuegos registrados. El incendio que arrasó gran parte de la masa forestal de Carcaixent dispara los datos del año 2016.