La investigación sobre la autoría del macroincendio que arrasó el monte de Carcaixent deja de apuntar a los tres agricultores a los que se imputó pocos días después de que las llamas arrasaran más de 2.000 hectáreas. Se descarta por completo la responsabilidad de los labradores de la localidad afectados por la investigación, según han reconocido fuentes judiciales, por lo que se ha dejado de indagar en dicha dirección y todo apunta a que fue intencionado. Eso sí, se desconoce la finalidad y la autoría.
La noticia ha permitido descansar a los afectados y sus familias, que durante meses se vieron involucrados en una posible acusación cuando ellos se creían totalmente inocentes. Los investigadores, por tanto, descartan como posible causa de las llamas una negligencia durante las quemas agrícolas. Al parecer, la quema de rastrojos se habría hecho en condiciones irregulares, vulnerando el plan local que establece el consistorio y que prohíbe realizar fuego a menos de 30 metros del bosque. Sin embargo, nada tuvieron que ver esos trabajos matutinos en el inicio vespertino del incendio que arrasó el monte. Los agentes contabilizaron durante la inspección ocular inicial más de treinta puntos de fuego en la parcela, algunos de ellos a menos de 30 metros del terreno forestal. En uno de estos puntos, la Guardia Civil localizó un quemador de bloques de hormigón que, además de no reunir los elementos de protección pertinentes como el sistema obligatorio de seguridad conocido como «matachispas», se encontraba muy deteriorado, al haber perdido parte de los bloques perimetrales. Estaba situado, además, en una zona donde, por la cercanía al bosque, no se permite la quema de residuos agrícolas. Localizado el origen de las llamas en la partida Puig Gros del municipio carcagentino, muy cerca de la urbanización Montecampo, la Benemérita procedió a la identificación de tres trabajadores que se dedicaban a la poda de naranjos como posibles autores del incendio, Fueron imputados por imprudencia grave. Sin embargo, con el paso de los meses se diluyó la acusación y tomó fuerza el hecho de que fuese un incendio provocado, por lo que ya se ha comunicado a los labradores que dejan de estar acusados.
El alcalde, Paco Salom, asegura que él siempre tuvo la idea de que el incendio fue provocado. Nunca dio crédito a la negligencia de presunto un agricultor. Según constató en sus visitas a la zona con algunos de los investigadores, se podían ver perfectamente zonas verdes en las que se habían acumulado neumáticos que se quemaron y desde donde se inició el incendio. «Es una valoración personal y yo no soy nadie pero lo tengo claro. Fue un incendio provocado. Los indicios que vi me hacen asegurarlo y creo que la Guardia Civil también lo tiene claro. Pudo ser para desviar la atención y delinquir en otra zona de la localidad o de las poblaciones de alrededor. Y se les fue de la mano. También la actuación de algún loco. No lo sé pero fue intencionado».
