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Las plantas invasoras se extienden por el Xúquer ante el escaso caudal

La "Ludwigia Grandiflora" gana terreno por el cauce y las algas que colonizan el lecho salen a la superficie al reducirse la lámina de agua - La mosca negra prolifera en un escenario que le favorece

En las últimas semanas se han experimentado bruscos descensos del caudal del Xúquer y esta circunstancia ha favorecido la detección de dos fenómenos vegetales: la proliferación de la planta acuática invasora «Ludwigia Grandiflora» y la mayor percepción de algas en el cauce. La primera afecta negativamente a la calidad del agua; la segunda, a la expansión de la mosca negra.

Los expertos y conocedores del río apuntan que la presencia de algas no es algo nuevo y que existen desde hace años. No obstante, llaman poderosamente la atención durante las bajadas de caudal más drásticas, ya que en algunos tramos es lo único que se puede llegar a ver. Según Sales Tomás, presidenta de la Fundación Limne, este hecho «indica una cierta degradación en el medio».

Las algas que aparecen en el curso bajo del río son el hábitat ideal para la mosca negra. Este insecto se desarrolla en ambientes fluviales y acequias. La proliferación larvaria de mosca negra se asocia, normalmente, con la proliferación de algas y, en particular, de la espiga de agua, una planta que ha aflorado con fuerza en el Xúquer al bajar el nivel del agua. La mosca negra supone, junto al mosquito tigre, una de las plagas de insectos más importantes en la comarca (a excepción de aquellas que afectan a las cosechas agrícolas) ya que influye directamente en la vida de las personas, con molestas picaduras e, incluso, la posibilidad de transmitir enfermedades.

Por otro lado se encuentra la proliferación de la «Ludwigia Grandiflora», una especia exótica invasora. Estas plantas, tal y como reconoce la propia Confederación Hidrográfica del Júcar en el Plan de Cuenca 2015-2021, «constituyen una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, circunstancia que se agrava en hábitats y ecosistemas especialmente vulnerables, como son las aguas continentales. La introducción de estas especies invasoras también puede ocasionar graves perjuicios a la economía, especialmente a la producción agrícola, ganadera y forestal, e incluso a la salud pública».

Efectos negativos

El mismo documento pone de manifiesto que la presencia de especies exóticas invasoras «pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos medioambientales en las masas de agua superficiales, en concreto en relación a su estado ecológico». «Entre las especies de flora invasoras que están causando mayor impacto en la demarcación, se encuentran el Jacinto de agua, la ‘Ludwigia Grandiflora’ y la caña común. Las dos primeras causan efectos negativos sobre las masas de agua produciendo un cubrimiento total de la lámina de agua, desplazando a otras especies de flora y fauna y disminuyendo la biodiversidad», añade el plan.

Según Tomás, el principal problema de la «Ludwigia» es que no se erradica correctamente: «Es muy difícil detener su avance si no se colocan barreras de contención. Una mala poda es suficiente para que se expanda ya que el más pequeño de los tallos puede permitir que se reproduzca de nuevo». Pese a ello, la experta considera que la calidad del agua del Xúquer todavía es buena.

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