La consellera de Obras Públicas, María José Salvador, anunció ayer que su departamento ya ha presupuestado 15 millones de euros para hacer realidad una de las reivindicaciones históricas de dos de los principales núcleos urbanos de la Ribera Alta: la construcción del vial que permitirá a Carcaixent tener un acceso directo a la autovía al tiempo que se aprovecha el vial para articular la deseada variante sudoeste de Alzira que pretende desviar el tráfico que anhela llegar a la Barraca o a cualquiera de las poblaciones de La Valldigna a través de la CV-50. Aunque el trazado sigue sin desvelarse, se da por seguro que cruzará el Xúquer y los corredores ferroviarios del AVE y Cercanías. También queda fuera de toda discusión que parte del trayecto, que partirá de la rotonda del Molí Borrego de la autovía de Guadassuar, deberá construirse sobreelevado para salvar las zonas de mayor riesgo de inundación del río y diversos barrancos.

El nuevo enlace es una necesidad para Carcaixent, que siempre se ha sentido aislada. Es el único municipio de más de 20.000 habitantes que no dipone de una conexión rápida a la red de autovías. En la actualidad, el tráfico hacia València se canaliza a través de la denominada Avenida de la Ribera o, alternativamente, a través de la vieja carretera que une Alzira con Carcaixent, un vial estrecho y encajonado entre los muros de los huertos cuyas curvas han causado demasiados disgustos.

La elevada congestión que soporta la variante de Alzira por el aporte del tráfico procedente de Carcaixent y de otras poblaciones situadas al sur de la comarca justifica la urgencia que para la capital de la comarca tiene un proyecto que se reclama desde hace décadas pero que nadie ha concretado hasta ahora. El actual Consell tiene intención de resolver ese embudo circulatorio y lleva meses perfilando el proyecto del viaducto que ofrezca mayor seguridad y fluidez a ambas ciudades.

María José Salvador detalló ayer en Algemesí que, desde junio de 2015, su departamento ha realizado una inversión en la comarca de 56,5 millones de euros en 58 actuaciones viarias. «En total, habremos intervenido en casi 100 kilómetros de carreteras de las comarcas de la Ribera Alta y Baja», precisó. Treinta de esos proyectos, valorados en 18,7 millones de euros, ya están ejecutados. «Y a ello hay que añadir otros 28 planes ya programados con un presupuesto de 37,9 millones de euros, entre las que se incluye el nuevo acceso norte a Carcaixent desde la CV-50, con un coste aproximado de 15 millones de euros».

Roces vecinales

La anhelada conexión directa de Carcaixent con la autovía A-7 también deberá superar las reticencias entre Carcaixent y Alzira. La edil de Tráfico alcireña advirtió el pasado mes de mayo que la construcción de ese vial «implicaría la destrucción de numerosos campos en plena producción a su paso por el término municipal de Alzira. Y, en respuesta a una interpelación del PP que criticaba el proyecto por afectar a la producción agraria, la edil llegó a decir que esa carretera «no tenía sentido». El diálogo entre ambos gobiernos municipales, liderados por Compromís, ha limado desde entonces las asperezas. El alcalde de Carcaixent, Paco Salom, se mostró ayer convencido de que el proyecto se construirá con el consenso de las dos ciudades.

Entre los proyectos presupuestados por el Consell también figura el desvío llamado a sacar el tráfico de la saturada travesía de la CV-50 en Carlet y la reordenación de los accesos a El Perelló y el Mareny.