«Pusa» ha regresado este miércoles a casa después de tres días de auténtica pesadilla para la familia. La perrita, que se encontraba en el interior del vehículo robado el domingo en Alzira junto al bulevar de Tulell, apareció finalmente en Fuenlabrada. Un golpe de suerte permitió seguir una pista en esta localidad madrileña que, esta vez sí, llevó hasta la mascota. El turismo había sido recuperado el martes en Toledo.

Fue precisamente una llamada de la policía comunicando al propietario que el turismo había sido interceptado en la capital castellano-manchega la que provocó que la familia reorientara la búsqueda de «Pusa» para ampliarla a otras provincias. En concreto, en la misma tarde del martes cogieron un mapa para trazar el itinerario que podía haber seguido el vehículo en su trayecto hacia Toledo y, teléfono en mano, llamaron a varias protectoras de la zona, sin éxito. En ese interín, los propietarios de «Pusa» localizaron el teléfono del Registro Informático Valenciano de Identificación Animal (RIVIA). No constaba ni recordaban la aparición de ningún perro domiciliado en Alzira y en ese momento los propietarios de «Pusa» cayeron en que el chip fue colocado en Castellón, donde la encontraron abandonada cuando era un cachorro hace más de una década y donde en aquel momento residía la dueña.

El sistema del RIVIA sí que había registrado un perro con esa referencia, aunque el teléfono móvil de la ficha no daba señal. Era un número antiguo. Un veterinario de Fuenlabrada había introducido el chip después de que, al parecer, un vecino encontrara la perra en la calle.

Los propietarios de la mascota, que habían ofrecido incluso una compensación económica, se pusieron en contacto con el Centro de Protección Animal de Fuenlabrada y la luz de esperanza que se abrió en la tardenoche del martes se confirmó. La familia se dirigió al centro de la península en busca de su mascota y también del coche. «Hemos pasado tres días horrorosos, pensar que le podía haber pasado algo y no saber donde está es horrible», relató ayer la dueña, que no se explica como pudo llegar «Pusa» hasta Fuenlabrada en el coche con un extraño. «Con nosotros es muy tranquila, pero si hay gente de fuera ladra», señaló.

La pesadilla comenzó el domingo por la tarde cuando la propietaria descargaba el vehículo junto a la Gran Via de la Comunitat Valenciana, una zona de expansión de Alzira con un nivel de ocupación muy bajo, y en un momento de descuido alguien subió al coche, se encontró las llaves puestas y lo robó. En el asiento del copiloto se encontraban la perra y la familia salió esa misma noche del domingo a buscarla, pensando que el ladrón la abandonaría en cualquier rotonda nada más se diera cuenta de su presencia. Supuestamente no fue así, ya que la siguiente noticia que la familia recibía de «Pusa» la situaba en Fuenlabrada. La dueña llegó a realizar un llamamiento reclamando la devolución de la perra independientemente de lo que sucediera con el coche. De hecho, las repetidas preguntas interesándose por la perra sorprendieron al agente que el martes comunicó la recuperación del vehículo.