El Xúquer representa una amenaza para los pueblos ubicados en su llanura de inundación cuando se registran precipitaciones muy intensas en su cabecera o en la de sus afluentes, si bien cuando la lluvia descarga con fuerzas en el corazón de la Ribera es de los barrancos de donde proviene el peligro y no se trata de un riesgo menor. El plan global contra inundaciones presentado en el año 2000 ya contemplaba numerosas actuaciones en los barrancos del entorno de Alzira y Carcaixent para facilitar su evacuación y evitar los problemas que generan de forma cíclica.
Los barrancos de Barxeta, la Casella y la Murta tenían un apartado específico en aquel documento, que también dedicaba otro al Barranc del Duch, que en la práctica recoge las aguas del barranco de la Murta y las conduce hacia Polinyà, donde también suele causar problemas.
Cabe recordar que el barranco de la Murta carece de una desembocadura definida ya que su cauce se va estrechando hasta que tropieza literalmente con la carretera de Albalat, donde realiza un giro de 90 º para seguir por una canalización mucho más estrecha, lo que provoca que de forma repetida la carretera quede anegada.
Otro de los puntos calientes lo constituye la desembocadura en perpendicular del barranco de Barxeta en el de la Casella, a escasos metros de la confluencia de este último con el Xúquer. Este tipo de desembocadura provoca que el barranco que baja con un mayor caudal frene el desagüe del otro, con los consiguientes problemas de inundación aguas arriba. La CHJ barajó la posibilidad de habilitar un desagüe directo del barranco del Barxeta al río antes de esta confluencia.
Por otra parte, cabe recordar que el Ayuntamiento de Alzira, de la mano de la dirección general del Agua, está contruyendo un canal para canalizar toda el agua de la vertiente montañosa del Camí l'Arena y el Camí dels Peixcadors hacia el barranco de la Casella como una solución que se presume definitiva a los problemas de inundabilidad de Les Basses.
