Siempre se había pensado que con los sucesos de la Guerra Civil española, el documento original del patronazgo de la Virgen del Castillo de Cullera había sido destruido. Pero ahora se puede confirmar que no fue así. Fruto de sus investigaciones y trabajos en recuperación de la historia local, el cronista oficial de la ciudad de Cullera y miembro del Consell municipal d'Estudis de Patrimoni Històric, Manuel Lanusse Alcover, ha logrado obtener el documento que justo ahora hace cien años, bajo el pontificado de Benedicto XV, declaró patrona canónica principal de la ciudad a la Virgen del Castillo. El cronista cullerense obtuvo, en primer lugar, una reproducción de la minuta del decreto pontificio, texto manuscrito fechado el 23 de octubre de 1918 que conserva el Archivo de la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, dicasterio vaticano que heredó el fondo documental producido por la extinta Sagrada Congregación de los Ritos, entonces competente para la declaración de santos patronos de las localidades.

Pero el logro mayor ha sido el hallazgo del rescripto o documento oficial de la declaración del patronazgo canónico de la Mare de Déu del Castell, que se creía destruido durante los lamentables sucesos del primero de mayo de 1936. Sin embargo, Lanusse lo ha localizado en el Archivo Metropolitano del Arzobispado de València, junto con otros objetos sagrados y de culto de gran valor que poseía la parroquia de los Santos Juanes, los cuales, ahora lo sabemos, fueron salvados gracias a la acción decidida tanto de unos fieles laicos comprometidos como del malogrado sacerdote cullerense Don Antonio Renart Martí, en cuyo domicilio, como es sabido, también se ocultó la Imagen de la Virgen del Castillo. «Tuve la intuición ?explica Lanusse? de que en aquellas circunstancias Don Antonio Renart también juzgaría relevante poner a salvo el rescripto declarando a su amantísima Castellera como patrona canónica principal de nuestra ciudad; y, efectivamente, entremezclado con las auténticas de varias reliquias, apareció el documento. Recuerdo que, en ese momento, contagiados de la alegría del hallazgo, el director del Archivo diocesano, Don Ramón Fita, y yo nos abrazamos sentidamente». El documento en cuestión, en papel de oficio de la Santa Sede con un sello de placa al dorso con cera roja y la firma autógrafa del secretario de la Sagrada Congregación de los Ritos, ha sido transcrito y traducido del latín al valenciano por Lanusse, y una copia del mismo, que será donada por el cronista oficial a la parroquia de los Santos Juanes, será exhibida con ocasión de la disertación que éste pronunciará en dicha parroquia, invitado por la Junta del Patronato de Nuestra Señora del Castillo, el 28 de este mes, a las 20 horas. También quiere marcar el inicio de las actividades que se están programando con motivo de la conmemoración del centenario de la coronación canónica de la Virgen del Castillo.

Coronación canónica

Como explica Lanusse, junto con la petición del patronazgo principal de la Virgen del Castillo y la declaración de los Santos Juanes Bautista y Evangelista como patrones canónicos secundarios, el clero y las autoridades civiles cullerenses solicitaron asimismo el privilegio de la coronación de la Imagen de la Virgen, todo ello en el escrito de preces fechado a propósito el 5 de mayo de 1918, aniversario de la dedicación del entonces único templo parroquial de la ciudad, pues, como otra novedad aportada por el cronista de Cullera, «para ese día la parroquia tenía concedido oficio propio y Misa por conservarse en ella un ostensorio de bronce dorado, gótico, conteniendo un fragmento de la Corona de espinas del Redentor». La coronación canónica de la Virgen del Castillo fue concedida con rescripto del Capítulo Vaticano el 15 de octubre de 1918. La noticia llegó a la ciudad el 22 de noviembre de 1918 y, según el testimonio de la prensa, fue anunciada al vecindario mediante volteo de campanas así como por las dos bandas de música que desfilaron por todo el pueblo tocando la Marcha Real. «En los días sucesivos se celebraron conciertos, pero la ceremonia de la coronación no tuvo lugar hasta el 15 de mayo de 1919», remarca Lanusse.

Esta última fecha sitúa a la Imagen de la Virgen del Castillo como la primera coronada canónicamente en la Ribera, la segunda en la diócesis de Valencia, «sólo por detrás de la Mare de Déu de Campanar coronada el 25 de abril de 1915, y la tercera si consideramos el ámbito territorial de la actual Comunitat Valenciana, ya que del 28 de agosto de 1910 es la coronación de la Virgen de Vallivana», como puntualiza Lanusse a partir de los datos facilitados por el Rvdo. Andrés de Sales Ferri Chulio, director del Archivo de Religiosidad Popular del Arzobispado de València.

Aniversarios

Los sucesivos aniversarios de la coronación canónica de la Virgen del Castillo han ido aparejados a la concesión de distinciones a la patrona canónica de Cullera: así, en 1969 se la nombró alcaldesa perpetua y honoraria, y se le impuso el Escudo de Oro de la ciudad en 1994. Sin embargo, a diferencia de otras Imágenes cuya corona también desapareció o fue destruida en 1936, la Mare de Déu del Castell no ha sido recoronada. «Menos conocido, apunta Lanusse, es el hecho de que el año 1944, coincidiendo con las bodas de plata de la coronación, la entonces Comisión Gestora municipal solicitó autorización al Arzobispado de València para exhumar los restos mortales del Rvdo. Dr. D. Antonio Renart con el fin de trasladarlos para su enterramiento en el Santuario de la Virgen del Castillo». La instrucción de la causa para la declaración de mártir del sacerdote cullerense Antonio Renart, unida a la de los religiosos franciscanos, se completó en noviembre de 2007 por el Arzobispado de València y las actuaciones se remitieron entonces al Vaticano, donde dicho proceso se encuentra ya bastante adelantado.