Nuevo partido de infarto para el Maristas Sucro Cullera de fútbol sala. Con la plantilla muy corta y Montolio cumpliendo su último partido de sanción, los cullerenses aguantaron a media pista, cediendo la posesión del balón a un Mislata que no supo como hincarle el diente. En una de esas, Escolá aprovechó un mal control de un jugador visitante para robar en primera línea e inaugurar el marcador. El equipo se vino arriba y, en un gran saque de Carles, sirvió en bandeja el balón a un Sergio Escolá que no desaprovecharía la ocasión. En los últimos minutos del primer tiempo, con la gasolina al límite, el Mislata aprovechó dos despistes para tirar por tierra todo el trabajo hecho hasta el momento, llegando al descanso con tablas en el marcador.