Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El IVIA busca nuevas variedades de caqui para ampliar la campaña

El instituto de investigación agraria experimenta con frutos de varios países, entre ellos Japón, para adaptarlo al campo ribereño - También aboga por realizar mejoras genéticas en el Rojo Brillante

Los expertos apuntan a la diversificación como la clave del éxito para lograr que el cultivo del caqui se expanda todavía más. Para ello el Institut Valencià d'Investigacions Agràries (IVIA) busca la mejor manera de introducir nuevas variedades, bien importadas o bien a través de modificaciones en la autóctona, con el objetivo de otorgar a los agricultores nuevos productos que cultivar. Esta y otras cuestiones se trataron ayer en una jornada sobre el presente y el futuro del caqui celebrada en la cooperativa de Carlet.

María Luisa Badenes, coordinadora del Centro de Citricultura y Producción Vegetal del IVIA, defendió dicha necesidad de ampliar la oferta de caqui: «Hablamos de un cultivo que hasta hace relativamente poco tenía poca entidad. Pero con la variedad Rojo Brillante se consiguió un auténtico éxito que nos convirtió en el primer productor y exportador de Europa. Aunque se ha logrado aumentar la duración de la campaña, tener solo una variedad es un riesgo, ya que la presencia de una plaga o enfermedad podría provocar que todo se fuera a pique».

Según la investigadora, las opciones de los productores pasan por introducir variedades de otros países o por la creación de unas nuevas mediante mejoras genéticas. En ese sentido, el IVIA creó una colección de variedades que en su inicio provenía de una prospección de variedades locales cultivadas en el Mediterráneo, pero posteriormente se ha ampliado mediante la introducción de variedades de otros países donde se cultiva el caqui.

Entre éstos, destaca Japón, país con el que el centro de investigación valenciano comparte un convenio de colaboración. «Es el lugar más fiable del que podemos conseguir un producto para introducir aquí, principalmente por razones sanitarias y de seguridad».

Cambio en la maduración

El caqui nipón podría ser, según Badenes, uno de los que consiguiera hacerse un hueco en la producción de los agricultores de la comarca, si bien plantea ciertas dificultades: «Existen algunos interrogantes sobre como se comportarían en el mercado. Hay que tener en cuenta que su éxito podría ser limitado ya que partimos de un estándar de calidad y productividad muy elevado. Pero a corto plazo podría cuajar».

Según los experimentos del IVIA con caquis japoneses cultivados en la comarca, los frutos nipones sufren un cambio en el patrón de maduración. En variedades precoces hay diferencias de adelanto que varía entre 2 semanas y un mes.En las variedades tardías la diferencia se atenúa a una o dos semanas máximo. Esto se debe a que las condiciones de cultivo son diferentes, ya que la climatología de la Comunitat Valenciana tiene temperaturas más elevadas y precipitaciones más bajas que Japón.

En esa línea, Badenes señaló que, a largo plazo, la mejor opción pasa por conseguir nuevas variedades a partir del Rojo Brillante, ya que es una fruta que ya se ha adaptado a las condiciones de la Ribera, por lo que cualquier variedad más temprana o tardía lo haría más rápidamente y permitiría mantener su calidad.

Compartir el artículo

stats