Las obras de construcción de un geriátrico medicalizado en la antigua sede de la firma alcireña Blauverd han entrado en su recta final y, a falta de concretar una fecha de inauguración, la empresa promotora tiene claro que este complejo asistencial que ofrecerá un servicio novedoso para atender a dependientes y crónicos entrará en funcionamiento antes de acabar el año, según ha confirmado el portavoz de la empresa que impulsa este proyecto con capital ruso, Miquel Martí. A lo largo de noviembre también está previsto realizar la selección de personal a través de la agencia municipal Idea.
Martí detalló que la transformación del edificio principal que Blauverd construyó en el polígono de Tisneres para el nuevo uso como residencia se dará por acabada a finales de mes o principios de noviembre, mientras que la ampliación diseñada en la parte posterior se encuentra algo más retrasada, si bien la planificación de obras realizada por la empresa Amaks Ibérica 2014 contempla su finalización entre el 15 y el 20 de noviembre. En base a este calendario, Martí confirmó que el complejo abrirá sus puertas en diciembre tras completar los trámites burocráticos necesarios tanto en el ayuntamiento como ante la conselleria.
«El servicio que estamos ofreciendo nosotros no tiene nada que ver con el modelo de residencias que hay por aquí», explicó Martí, mientras señalaba que el complejo de Alzira está pensado para las personas «más necesitadas en el ámbito de la geriatría, es decir, aquellos que tienen alguna discapacidad».
La empresa promotora anunció una inversión de doce millones de euros en la construcción en Alzira de una residencia medicalizada -«sólo le faltaría quirófanos para ser un hospital», explicó en su momento el propio Miquel Martí- que contará con 150 plazas distribuidas en seis pabellones diferenciados y autónomos, en función del tipo de usuarios. El complejo también contará con 30 plazas de centro de día y una unidad para enfermos terminales. La información que la empresa facilitó al Ayuntamiento de Alzira detalla que el complejo contará con una plantilla de un centenar de personas cuando esté plenamente operativo.
Los promotores conciben su oferta como un servicio complementario para cubrir carencias de la sanidad pública y entre las diferentes unidades que se habilitarán en la residencia medicalizada se prevé una para la atención a enfermos de Alzheimer o con demencia senil, personas que han sufrido un ictus o que precisan de un largo proceso de recuperación que los hospitales no pueden asumir.
Por lo que respecta a la posibilidad de construir un segundo complejo residencial en Alzira, una posibilidad que se abordó en la reunión mantenida el pasado mes de junio con el concejal de Gestión Urbanística, Fernando Pascual, el portavoz de Amaks Ibérica 2014 confirmó que la empresa tiene interés en abrir al menos dos centros más en la provincia de València. Por un lado, Godella se contempla como una alternativa para abrir un centro para dependientes, mientras que Alzira forma parte de un abanico de opciones para ubicar un centro de personas mayores con autonomía. «Alzira nos gusta muchísimo porque hemos tenido una relación magnífica con el ayuntamiento y nos hemos sentido muy cómodos para construir este centro», relató Martí, si bien señaló no es algo definitivo. «Nuestra obligación es buscar lugares donde podamos ser necesarios», comentó, mientras señalaba que también se ve con muy buenos ojos la opción de Sueca.
Con todo, comentó que no es tanto un problema de ubicación como de que los trámites para construir una residencia puedan ser ágiles. No obstante, señaló que una vez concluya el complejo medicalizado de Alzira la empresa trabajará en la construcción de una residencia en Barcelona a la espera de tomar una decisión sobre las nuevas inversiones en la provincia de València.
