Alcaldes y organizaciones agrarias reconocen el interés del Consell por atender la solicitud de ayuda para paliar los efectos de una granizada «histórica», aunque señalan que los tres millones con que se dotará el plan de empleo se presumen escasos. «Es eso, una ayuda, pero no es suficiente para paliar los daños», comentó el responsable del sector del caqui en la Unió de Llauradors, Eduard Esparza, mientras recordaba que el sindicato estimó en 80 millones de euros los daños en la comarca.

Esparza dijo haber percibido que la Generalitat está «receptiva» y con buena predisposición, incluso dijo haber detectado «un cariño a la agricultura después de años en que nadie se acordaba de ella», aunque advirtió de que la satisfacción no podía ser completa. Entre otras cosas, echó en falta una mayor «sensibilidad» hacia el agricultor profesional para el que, según dijo, no se habían concretado ayudas directas.

El alcalde de l'Alcúdia, Andreu Salom, que ejerció como anfitrión, señaló que la Ribera «necesitaba» que la Generalitat ofreciera su apoyo ante la pérdida de jornales y valoró el plan de empleo anunciado por Puig como «el inicio de otras líneas de ayudas que hemos pedido y van a llegar» ya que, según dijo, a su juicio, «hará falta más dinero». «Es un buen inicio en un momento importante, cuando la campaña está cogiendo fuerza», dijo.

El alcalde de Guadassuar, Salvador Montañana, de Compromís, también comentó que el propio secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu, había admitido que se trata de una cantidad inicial que se puede ampliar si hay demanda y coincidió en señalar que, a priori, «parece que es poco dinero para paliar la falta de jornales. El invierno puede ser muy largo, aunque tenemos la esperanza de que se pueda ampliar», indicó.