Decenas de familias residentes en El Carrascalet se sienten «acobardadas» ante las acciones vandálicas que protagoniza un grupo de jovenes que ocupa hasta altas horas de la madrugada la plaza del barrio sin respetar las más mínimas normas de convivencia. El ruido que provocan ha alterado el sueño de muchos vecinos que se sienten impotentes ante la impunidad con la que actúan. La policía ha intervenido en multitud de ocasiones, aunque los escándalos se reanudan una vez se han marchado los agentes.

Los más perjudicados son los vecinos de la propia plaza, que tienen que aguantar los cánticos que protagoniza la docena de jóvenes que se suele reunir en ese punto. «No les importa montar escándalos. Se ponen a cantar mientras suenan las palmas y en ocasiones también se acompañan de una caja acústica que multiplica el ruido», se quejan los afectados, que aseguran haber trasladado su malestar al ayuntamiento, hasta ahora sin resultados positivos.

El grupo de jóvenes suele aposentarse en los banco de la plaza a primera hora de la tarde «y no se van hasta las doce, una o las dos de la mañana, incluso entre semana». Algunos afectados aseguran que el ruido es insoportable y que les impide el sueño pese a que deben madrugar a la mañana siguiente para acudir puntuales a sus puestos de trabajo.

El ruido, sin embargo, no es el único motivo de fricción entre los vecinos de la barriada. El vandalismo también afecta al mobiliario urbano. «Han roto bancos y vallas, han quemado árboles y han ensuciado las columnas de la plaza con pintadas sin que nadie les haya exigido responsabilidades por sus fechorías», lamenta el vecindario.

Las disputas con otros niños del barrio que pretendían disfrutar de los juegos infantiles instalados en la plaza también han despertado temores que complican mucho la convivencia. Los afectados reclaman una pronta intervención de las autoridades.