La renuncia de Antonio Llácer como decano del Colegio de Abogados de Alzira a falta de dos años para agotar su mandato dará paso al proceso electoral más disputado en la historia del colegio. Tres aspirantes competirán en las urnas por tomar el relevo de Llácer, que cuando ceda el testigo en enero cerrará una etapa de 27 años como decano. El secretario del colegio en los últimos diez años, Agustín Ferrer; la abogada de Alberic Eva Tudela y el letrado de Algemesí Vicente Ribera han formalizado sus candidaturas. Los dos primeros concurren arropados por aspirantes a los otros tres cargos de la junta de gobierno que se renovarán en este proceso, mientras Ribera lo hace en solitario.
Agustín Ferrer representa la continuidad dado que tanto él como dos de los candidatos que le acompañan ya forman parte de la junta. Se trata de Bernardo Palomares y Juan García, que optan a repetir como bibliotecario-contador y diputado segundo, respectivamente, mientras que Clara Real se postula al cargo de secretaria. Ferrer, no obstante, defiende que su candidatura, más que continuidad, «representa la estabilidad». Abogado en ejercicio desde 1997, apuesta por lograr una sede definitiva para el colegio sin salir de Alzira, profundizar en la digitalización, ofrecer nuevos programas informáticos para mejorar el servicio a los abogados del turno de oficio «como pilar fundamental del colegio» y aboga por una mayor apertura a los ciudadanos.
Eva Tudela, por su parte, explicó que al cumplir 25 años de ejercicio profesional se ve con la suficiente experiencia como para ofrecer apoyo desde el colegio a los nuevos abogados que se incorporan y al resto de compañeros. «Nunca ha habido un mujer como decana y no estaría mal cambiar la dinámica del colegio, reforzar la presencia de la mujer y hacerlo más participativo y dinámico, sin que pierda la solera que ha conseguido», comentó. Junto a Tudela concurren Manolo Ros, que opta al cargo de diputado segundo, Adela Pascual al de secretaria y Lorena Catalayud al de biblotecaria.
Vicente Ribera, el más joven de los aspirantes y con 7 años de ejercicio como experiencia, reivindica un cambio generacional y no ve inconveniente en concurrir en solitario ya que asegura mantener buena relación con todos los letrados que pueden configurar la junta. Apuesta por ampliar los cursos de formación para los letrados que se incorporan y «dignificar» la figura del abogado de oficio. Según asegura, pretende seguir el camino trazado por Llácer «aportando nuevas ideas para apoyar a los abogados que entran».
