Los colegios e institutos de Alzira notificaron el curso pasado 119 casos de absentismo, lo que representa un aumento del 13 % respecto del curso anterior, si bien la evolución es dispar ya que mientras la incidencia se reducía un 35 % en Primaria, aumentaba de forma sustancial en Secundaria, casi un 60 %, para alcanzar el índice más alto en los últimos siete años con 86 alumnos absentistas, según la memoria del Plan Municipal de Intervención contra el Absentismo Escolar, presentada el martes en el Consell Escolar Municipal.
Se trata del primer curso en que se aplicaba esta nueva estrategia que, como principales novedades, asigna al área de Educación la coordinación de las medidas de prevención o corrección del absentismo -hasta el año anterior dependía íntegramente de Servicios Sociales- y crea una Comisión Municipal de Absentismo Escolar que integra a técnicos de ambos departamentos, directores de centros, Policía Local, Inspección educativa y un trabajador social del centro de salud, además de la representación política. Este órgano, constituido en febrero, ha acordado remitir a la Fiscalía de Menores nueve casos de alumnos absentistas en los que tras aplicar el protocolo no se ha conseguido revertir la situación, explicó ayer el concejal de Educación, Pepe Grau.
La memoria elaborada por los técnicos subraya que los 119 casos comunicados por los centros, catorce más que el año pasado, dan una idea del problema, aunque no su dimensión real. En este sentido, alertan de que en Secundaria se detectan una serie de problemas entre el alumnado que no quiere continuar estudiando hasta los 16 años -edad hasta la que la enseñanza es obligatoria- «un hecho que genera un alto grado de absentismo y conflictividad en los centros educativos». Por otra parte, constatan que hay un grupo de alumnos que no realiza el trasvase de Primaria a Secundaria y no se llega a matricular, por lo que no constan a efectos estadísticos a pesar de que no se está haciendo efectivo su derecho a la educación, «una situación que merma su pleno desarrollo». Por otra parte, la memoria subraya la necesidad de promover la «asistencia y participación» de todos los integrantes de la Comisión Municipal de Absentismo y, en especial, de implicar a la Policía Local ya que, según exponen los técnicos, durante todo el curso no consta que haya notificado o informado de ninguna de las actuaciones que les asigna el plan, como la detección de niños que en horario lectivo se encuentran fuera del recinto escolar.
Este nuevo protocolo para combatir el absentismo nace para cumplir la obligación que tienen las Administraciones de velar por los derechos de la infancia y plantea complementar las medidas que se han aplicado hasta ahora al considerar que «aun siendo efectivas, han resultado insuficientes». Los centros deben notificar al departamento de Educación los alumnos que acumulan las ausencias que establece el plan y el caso se deriva a Servicios Sociales. El protocolo contempla una visita domiciliaria y una entrevista con la familia del menor con la intención de obtener un compromiso de normalizar su asistencia a clase y, con posterioridad, se realiza un seguimiento durante un mes para comprobar que se corrige la situación de absentismo. Los técnicos de Servicios Sociales elevan un informe con las actuaciones realizadas y, si persisten las ausencias injustificadas a clase, la Comisión Municipal comunica el caso a la Fiscalía de Menores. Grau comentó que es la primera vez en esta legislatura que se derivan casos a la Fiscalía.
