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L'Ènova rescata su legado romano para crear un gran parque arqueológico

El ayuntamiento recaba apoyos para que se declare BIC un conjunto que incluye la villa Cornelius, las canteras y las carriladas ibero-romanas - Cultura solicita al consistorio que aporte más información

Más de mil personas han respaldado con su firma la solicitud del Ayuntamiento de l'Ènova para que el Gobierno valenciano declare Bien de Interés Cultural (BIC) el parque arqueológico romano que integra la Villa Cornelius, las canteras romanas y las carriladas ibero-romanas aledañas. El consistorio elevó el pasado febrero una solicitud formal ante el Gobierno valenciano para que reconsiderara su negativa de 2004 -la primera petición se produjo poco después de que las obras de la plataforma del AVE localizaran este asentamiento- al considerar que todos los estudios posteriores sobre la villa han confirmado la singularidad e importancia del yacimiento, si bien amplía aquella solicitud para incluir en este parque arqueológico las canteras romanas que se localizan a escasos 500 metros de la villa del patricio Publio Cornelio y las carriladas ibero-romanas, unas aberturas paralelas en las rocas por las que pasaban los carros de tracción animal que transportaban el mármol que se extraía de las canteras.

El alcalde de l'Ènova, Tomás Giner, comentó ayer que tras la petición realizada por el ayuntamiento para que este conjunto sea declarado BIC se ha entablado una comunicación con la Conselleria de Cultura «que antes no existía», apostilló, y manifestó que el proceso avanza lentamente. Giner comentó que la conselleria conoce bien la villa romana y «la tiene catalogada», si bien ha solicitado al ayuntamiento que amplíe la información relativa a las canteras y las carriladas para acreditar el valor patrimonial de ambos elementos. Cabe señalar que el programa Paratges que el Consorcio de la Ribera impulsa para promocionar desde el punto de vista turístico los municipios de la comarca recala hoy en l'Ènova, donde los participantes visitarán la cantera de mármol «mejor conservada del territorio valenciano y de las mejor conservadas de Europa Occidental», según destaca el folleto informativo.

«Estamos luchando para que este parque arqueológico romano sea declarado BIC, pero es más complicado de lo que nosotros pensábamos», comentó el alcalde, mientras señalaba que un ayuntamiento pequeño como el de l'Ènova no dispone de un equipo multidisciplinar para elaborar un expediente de estas características. No obstante, no renuncia a conseguir este objetivo. De hecho, junto a las más de mil firmas de apoyo recabadas en una plataforma digital para obtener la declaración de BIC, el Ayuntamiento de l'Ènova también ha logrado el respaldo de municipios de la Ribera y la Costera que consideran que el parque arqueológico tiene un valor no sólo cultural, sino también científico por la información que aporta del período romano en este ámbito geográfico.

Por otra parte, el consistorio también ha recabado apoyos en el ámbito universitario, entre ellos, el del profesor Josep Gisbert Aguilar, doctor en Petrología, que tras una visita a la partida Els Francs considera que existen suficientes elementos para considerar «que podemos estar ante uno de los mejores restos conservados de cantería romana de la península y uno de los lugares donde se extraía la famosa caliza ornamental 'mármol de Buixacarró' que se distribuyó y comercializó por todo el impero romano». Gisbert considera que la zona debía ser declarada BIC «por su alto valor patrimonial y también por poseer características que pueden convertirla en uno de los mejores y más completos parques arqueológicos de cantería de toda la península».

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