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«Alzira es la hermana pobre de la Justicia en València, los juzgados están colapsados»

Cuando el 1 de enero deje de ser decano después de 27 años en el cargo, ¿sabrá qué hacer o la inercia le llevará al colegio?

Yo siempre estaré en el colegio y sí sabré qué hacer como un abogado más de a pie, sabré ayudar, salga quien salga, si me llaman. El decano es como un jarrón chino, nadie sabe dónde y cómo colocarlo. Yo siempre tuve cerca a Paco Fayos y cuando había alguna reunión donde iban decanos mayores iba él. Esa representación es como la de un rey emérito, puedes mandarlo a cualquier lado porque conoce a la gente y ha vivido el cargo. Me pondré a disposición de la nueva junta y me dedicaré a lo que de verdad me gusta, que es defender a la gente.

¿Cómo explica un mandato tan largo?

Han sido 27 años, pero ganando elecciones con el 80 y el 90 % de los votos. La gente ha reconocido la labor que hemos hecho, un trabajo de equipo. Cuando cogí el colegio en 1995 éramos 152 abogados ejercientes y cuatro no ejercientes. El colegio tiene ahora 836 abogados, de los que 387 son ejercientes. Eso es una labor de captación, de ofrecer servicios, decir aquí estamos. Tenemos muchos abogados no ejercientes que son de fuera, jueces o abogados que han pasado por Alzira y se han quedado con nosotros por los servicios que ofrecemos.

¿Esas cifras de profesionales representan un exceso de oferta?

No, Benjamín Marrades fue muy bueno como tesorero, era muy avaro con el dinero del colegio y me enseñó eso, el colegio ha prestado ayuda, han sido labores calladas. Por ejemplo, a abogados que no podían pagar su hipoteca se les ha ayudado en un momento dado; a otros se les ha ayudado a financiar un coche que necesitaban para trabajar y todos lo han devuelto. Es una labor colegial que no puedes ir pregonando. Atender a todos, ese ha sido nuestro triunfo, y también la formación, este año hemos hecho doce aulas de formación.

¿Cual cree que ha sido su principal logro al frente del colegio?

Yo creo que la transparencia y la cercanía. Todo el mundo, al menos aquellos que lo han preguntado, sabe el dinero que tiene el colegio y en qué banco lo tiene; la cercanía y, sobre todo, mucha empatía con el turno de oficio que es el sector más perjudicado. Mucha gente desconoce la pelea que hemos tenido porque en algunas comunidades está privatizado. El turno de oficio, cuando yo empecé a prestarlo con Rafael Presencia, don José Enguix... no se pagaba, era una vocación. Lo hacías porque había gente pobre que te necesitaba, y era un tiempo muy bonito. Hoy ha cambiado mucho el concepto de justicia gratuita.

¿El turno de oficio es la razón de ser del colegio?

No, el colegio tiene una diversidad tremenda. La formación, ayudas, llevamos expedientes disciplinarios, las quejas de los ciudadanos contra abogados, de los abogados contra abogados, de abogados contra jueces. Aquí tenemos pocos problemas, pero como tenemos competencia territorial y vienen abogados de fuera de la demarcación, vemos que el respeto y las formas se están perdiendo. Falta sobre todo la pasantía, un abogado con experiencia te enseña la cortesía.

¿Y cual su principal fracaso?

Con la legitimidad que me dan las urnas creo que lo hemos hecho bastante bien. Fracaso... diría que ninguno. La única espina que me queda es el juzgado de lo penal, eso puede ser un fracaso, conseguimos traerlo pero se lo han llevado a València. Y el Palacio de Justicia, está cayendo la fachada de los edificios de Alzira y estamos todavía igual. Es cierto que ha salido el concurso de la redacción del proyecto, pero nada más. Alzira ha sido siempre y es la hermana pobre de la justicia en la provincia de València. Se iban a llevar los tres juzgados de lo penal desplazados y sólo se han llevado el de Alzira, los otros no.

¿Ha descartado su aspiración de recuperar la sala de lo penal?

Claro que no. Aunque no esté en la junta de gobierno, indudablemente voy a intentar recuperar el juzgado de lo penal. Fue un problema puramente económico. No digo que el alcalde no luchara y lo reivindicara, pero faltó firmeza.

¿Qué necesidades detecta Vd. en los juzgados de Alzira?

En primer lugar el edificio judicial. Luego, reforzar el personal. La mayoría de los juzgados de Alzira están colapsados, entra mucho más trabajo del que pueden sacar y así como en los jueces hay estabilidad desde que se estableció la categoría de magistrados, los funcionarios van y vienen. También hacen falta al menos tres juzgados más de instrucción, de forma que el que se dedica a violencia lo haga de forma exclusiva. Yo siempre he pedido una especialización, la división de los juzgados de primera instancia e instrucción.

¿Confía en ver en activo el Palacio de Justicia?

No, seguro que no.

¿Polémicas como la renovación del CGPJ o el fallo del Supremo sobre las hipotecas han puesto a la Justicia en el disparadero. ¿La ve Vd. en sus horas más bajas?

No, no, yo la he visto en horas más bajas. Ahora está así porque se ha hecho lo que no se quería. Cuando se instituyó el CGPJ era elegido por magistrados de la carrera judicial, hasta que llegaron los políticos, igual que en las cajas de ahorros. Los políticos están luchando sobre todo por la sala 61 que es donde están los aforados, la que juzga a los políticos, y el que tiene esa sala cree que tiene la llave, pero están perjudicando a los magistrados.

¿Tiene explicación para el ciudadano una sentencia como la de las hipotecas?

Ninguna. Ni para ellos tampoco.

Los abogados de Alzira está llamados el 30 de noviembre a las urnas. ¿Le sorprende que concurran tres candidatos?

Sí, me sorprende porque, en primer lugar, tengo muy buena relación con todos, pero me extraña esta inquietud que les ha entrado ahora cuando el colegio está funcionando desde 1875 y ellos tienen su edad y, claro, que no hayan tenido inquietud por conocer y ahora me hablen de transparencia, de informatizar el turno de colegio... si hubieran ido al colegio sabrían que el SIGA hace tres años que está.

Cuando escucha esas propuestas ¿siente que se cuestiona su gestión?

No me siento cuestionado, no lo habremos hecho tan mal cuando hemos ganado todas las elecciones. Los programas están hechos para no cumplirlos porque luego te encuentras con la realidad, que choca con un programa muchas veces por desconocimiento.

¿Tiene algún favorito?

Sería hipócrita si dijera que no. He trabajado 20 años con Agustín Ferrer, con Bernardo Palomares y Juan García. Llevo cuatro trabajando con Clara Real. Les he visto trabajar por y para el colegio. No tengo por qué esconderme, me han demostrado trabajando en equipo que hemos sabido sacar adelante el colegio.

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