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Los barrancos son ya una amenaza tan real para Alzira como el Xúquer

? Los torrentes desbordados de la cuenca este anegan el barrio de Les Basses cuatro años después ? El agua alcanza sectores urbanos que hacía lustros que no sufrían episodios de estas características

El temido Júcar no tuvo esta vez nada que ver con el episodio de inundaciones registrado el viernes en Alzira, que anegó varios barrios del núcleo urbano y obligó a cortar algunos de los accesos por carretera. La amenaza venía de las montañas. El color rojo del agua que cubría las calles y se adentró por sótanos y viviendas confirma su origen. La confluencia de barrancos que recogen las escorrentías de las montañas en el denominado Camí dels Peixcadors, en el borde Este de la ciudad, fue más dañina que nunca. El agua no sólo volvió a inundar el barrio de Les Basses tres años y ocho meses después -la última inundación se produjo en marzo de 2015- y a cortar la CV-50 a la altura de la rotonda de Avidesa, sino que el caudal desbordado se extendió esta vez alrededor del parque de l'Alquenència, el barrio de Venècia -una de las zonas más bajas del núcleo urbano como su nombre indica que, no obstante, hacía tiempo que no sufría una inundación- e incluso por los alrededores del parque Pere Crespí. El alcalde de Alzira, Diego Gómez, estimó en torno a 20.000 personas la población afectada por esta inundación que, según sus propias palabras, alcanzó niveles de entre 20 y 60 centímetros.

La amenaza que representan estos barrancos «urbanos» en algunos casos es conocida. De hecho, actualmente se está construyendo el denominado Canal de Les Basses, que tiene como objetivo recoger todas las escorrentías de esta cuenca para canalizarlas hacia el barranco de la Casella y evitar así que entren en el casco urbano o acaben colapsando los colectores. En el Camí dels Peixcadors desembocan los barrancos de Gracia Maria, Les Estrelles, el Barranc Fosc que baja del Respirall y el de l'Arena. Un episodio de precipitaciones intensas canaliza toda el agua por este camino que discurre por detrás de la factoría de Ice Cream en dirección a la calle Gandia y a la CV-50.

El efecto del Canal de Les Basses

El ayuntamiento abrió unos desagües transversales a la entrada del camino que en los últimos años han contribuido a salvar los episodios de fuertes lluvias, aunque de poco sirvieron el viernes con más de cien litros en hora y media. De hecho, el propio alcalde comentó que incluso con el Canal de les Basses acabado «hubiéramos tenido la misma problemática». «Los técnicos nos dicen que con la red que tenemos podemos guantar como mucho unos 80 litros en una hora y aqui se ha desbordado con 100 o 110», indicó Diego Gómez, mientras detallaba que en el tramo final del Barranc Fosc, ya estrecho a su paso por el sector Hort de Galvañón, el agua alcanzaba cuatro metros de altura y es el que inundó la avenida Vicente Vidal y su entorno.

Los barrancos de la zona Este no son la única amenaza en Alzira. El futuro canal, una vez acabado, conducirá todas sus aguas hacia el barranco de la Casella, fuente también de problemas. Por un lado, a él desaguan a través de unas compuertas los colectores del barrio de Les Basses. Cuando el nivel del barranco se aproxima a los cuatros metros de altura, se cierran las compuertas para evitar que se inunde el barrio a través de los propios colectores. Esta medida preventiva conlleva un riesgo, ya que la red de alcantarillado deja de desaguar. Por otra parte, casi ya en la desembocadura en el Xúquer, el barranco de Barxeta confluye en perpendicular con el de la Casella por lo que puede dificultar su desagüe con el consiguiente riesgo para el barrio de Les Basses.

Por otra parte, el barranco de la Murta volvió a provocar el corte de la carretera de Albalat (505-CV), donde se desborda al carecer de una desembocadura definida. Las obras que diseñó el plan contra inundaciones para reducir estos riesgos siguen sin ejecutarse.

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