La Mancomunitat de la Ribera Alta aprobó ayer en el pleno celebrado en Tous una resolución que emplaza a la Conselleria de Agricultura a retirar del mercado entre 200.000 y 250.000 toneladas de cítricos de bajo calibre con el objetivo de relanzar la campaña. Se trata de uno de los acuerdos alcanzados en la asamblea que la semana pasada reunió en Alberic a una veintena de alcaldes de la Ribera y representantes de las principales organizaciones agrarias. Esta cumbre dio lugar a una declaración de apoyo a la agricultura valenciana que reivindica ante las administraciones autonómica, estatal y europea que se prioricen los cítricos comunitarios frente a los de terceros países. La Mancomunitat dio ayer su respaldo a este manifiesto que también está previsto que recabe la adhesión, uno por uno, de todos los ayuntamientos de la comarca.

Esta declaración recoge una propuesta de AVA para que la Conselleria de Agricultura active un plan para retirar del mercado cítricos que no reúnan unas condiciones comerciales idóneas por su bajo calibre ya que se considera que de este modo se conseguiría «revitalizar y estabilizar la campaña citrícola en un momento clave para el buen desarrollo futuro de la misma».

La propuesta cifra entre 200.000 y 250.000 las toneladas de cítricos que se deberían retirar de la circulación en esta primera parte de la campaña y desviarlas bien a la industria de transformación o a la alimentación del ganado a razón de 15 céntimos por kilo. Los cálculos realizados por AVA estiman en torno a 30 millones de euros el coste de esta actuación, si bien recuerda que la Unión Europa contempla ayudas específicas para este fin dirigidas a Organizaciones de Productores (OP) que podrían representar un 50 % de esa cantidad, mientras que el resto requeriría de la «implicación» de la Generalitat.

El vicepresidente de AVA, Bernardo Ferrer, defendió ayer que se trata de una medida que en otras ocasiones se ha aplicado y que sólo hace falta voluntad política. «Si miramos el valor añadido que suponen esos 30 millones veremos que se multiplicarían por diez, le da un valor a la cadena alimentaria y es una forma de dinamizar la economía como alternativa a la que la fruta se quede en el campo y se pudra», comentó. Por otra parte, defendió que «lo importante es que este mecanismo llegue al agricultor».

La declaración aprobada ayer por la Mancomunitat también reclama que las importaciones de cítricos pasen los controles necesarios que garanticen el cumplimiento de las garantías fitosanitarias y de trazabilidad que se exige a la fruta valenciana. Por otra parte, el sector reclama una ley de la cadena alimentaria justa, que se establezca un contrato homologado de carácter obligatorio que pueda supervisar la conselleria, una marca «Terra Valenciana» que el consumidor pueda reconocer o que se denuncien a los supermercados «que maltratan los productos valencianos o cometen irregularidades en el etiquetado».