El fenómeno meteorológico conocido como «downburst» arrancó a principios de julio la sobrecubierta metálica que se había instalado para salvaguardar la construcción más representativa del gótico civil en la Ribera, la Granja de Sinyent, y los sucesivos temporales de lluvias con registros próximos a los 400 litros en el más reciente han acelerado la degradación del conjunto ubicado en la finca experimental que AVA tiene en Polinyà. El presidente de la organización agraria, Cristóbal Aguado, aprovechó la visita que ayer realizó a la finca la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, para reclamar la colaboración de las Administraciones para poder acometer un proyecto de rehabilitación que se escapa a las posibilidades de la asociación.

Aguado comentó que, tras el último siniestro y antes de realizar cualquier actuación, un equipo multidisciplinar de técnicos ha elaborado con urgencia un plan director, un trabajo que parte de un minucioso estudio del edificio, su historia y patologías para diseñar las intervenciones de futuro, que cifra en cerca de dos millones de euros el coste de la restauración. «La Generalitat Valenciana y AVA tenemos que ir a una para defender la restauración de esta casa que es un patrimonio muy querido por todos los pueblos de la Ribera», comentó Aguado.

El presidente de AVA dirigió esta petición de ayuda no sólo a la administración autonómica sino también a la estatal y a la propia Unión Europea ya que, incidió, «podríamos tener un bonito edificio que estaría a disposición de todos los ciudadanos del entorno y la Ribera podría estar orgullosa de tener la Casa de Sinyent restaurada y en funcionamiento con todo el esplendor».

Uno de los objetivos de AVA para poder acometer una intervención que consolide la estructura del conjunto y frene su degragación es optar a las ayudas que el Ministerio de Fomento destina a la recuperación del patrimonio a través del denominado 1,5 % cultural.

Una joya arquitectónica

La Casa o Granja de Sinyent está situada en la partida del Gual, en el término de Polinyà, y es una joya arquitectónica que durante la Edad Media dominó el único paso que había en el Xúquer entre Alzira y Cullera. El estudio realizado en el plan director ha aportado nueva información sobre el edificio, que destaca por las arcos de la antigua lonja que albergaba en la planta baja, mientras que arriba se localizaba una vivienda señorial de naturaleza rural.

El edificio ya se encontraba muy deteriorado cuando AVA lo adquirió en el año 2011 y una de las primeras actuaciones fue instalar la sobrecubierta metálica para evitar que las inclemencias meteorológicas agravaran la degradación de nos muros de tapia, es decir, tierra compactada muy vulnerable a los efectos de las lluvias si carece de una mínima protección.

Un vendaval arrancó en julio la sobrecubierta que ha protegido el conjunto durante cuatro años provocando además daños en las vigas, y las lluvias que se han sucedido en los meses posteriores han acelerado el deterioro, causando incluso algunos desprendimientos.