En una época en la que cada gesto político se mira con lupa, a menos de seis meses para las elecciones municipales, el concejal de Esquerra Unida Ivan Martínez decidió marcharse ayer de la sala de plenos del Ayuntamiento de Alzira. El hecho podría haber pasado desapercibido de no ser porque Martínez decidió hacerlo en el justo momento en el que sonaba el himno español durante el acto institucional de conmemoración del cuadragésimo aniversario de la Constitución.

Representantes de las fuerzas políticas presentes en el consistorio (aunque no todos los concejales) y de diversas entidades participaron de forma activa en el acto. Todos tomaron la palabra, entre ellos el propio Martínez. En su discurso, el edil subrayó que tras cuarenta años de Constitución «había poco que celebrar». Entre las cuestiones que el concejal criticó se encontraban, por un lado, la modificación consitucional del famoso artículo 135 que pactaron PSOE y PP a través de la cual se introducía el concepto de estabilidad presupuestaria y se priorizaba el pago de la deuda pública a cualquier otro gasto del Estado. El parlamento de Martínez también incluyó una mención a la aplicación del artículo 155 en Catalunya, «con la intervención del gobierno catalán y con presos políticos», destacó enfáticamente.

Este año se decidió que el himno español cerrara la conmemoración del aniversario constitucional, un hecho bastante inusual desde que gobierna el tripartito (Compromís, PSOE y EU). Fue entonces cuando se produjo el desplante. El concejal de Esquerra Unida se marchó de la sala para visibilizar su protesta, según explicó ayer. «Ya cuando tratamos los detalles del acto conmemorativo en la junta de portavoces nos mostramos contrarios a que sonara el himno de España, pero el resto de partidos votaron a favor. Como no estábamos de acuerdo, los integrantes del partido decidimos abandonar el acto», comentó al respecto Martínez.

Aunque en las últimas horas ya ha recibido abundantes críticas a su actuación, Martínez tiene claro que lo que hizo «no es una falta de respeto». A su juicio, su marcha de la sala de plenos se enmarca dentro de la «coherencia política e ideológica». Asimismo, aseguró que en el momento en el que dejó el hemiciclo no recibió reproche alguno de los allí presentes.