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la amenaza

Como presidente de la Ejecutiva comarcal de la Ribera Baixa del PSPV, como socialista, antifascista y defensor a ultranza de los colectivos feministas y LGTB: de las elecciones andaluzas, casi no me preocupa tanto la pérdida de confianza del PSOE-A y de la izquierda en general, como la irrupción de los fascistas de VOX con 12 diputados. Algo por lo que alarmarse! La culpa no la tiene Susana Diaz ni el PSOE, ni tan siquiera Podemos que con su máxima electoral de que no iba a apoyar un gobierno socialista pudiese haber contribuido a la alta abstención. Los culpables no son otros que los políticos de PP y Ciudadanos, que con sus maneras de hacer oposición han dado alas y han despertado el monstruo dormido de la extrema derecha. Ellos y solo ellos han hecho posible que Vox entre en el Parlamento Andaluz. Y he de añadir que en España no hay partidos a la manera europea, aquí todo es ultra-derecha franquista y Vox el fascismo. A las pruebas me remito: sin ningún empacho el ex presidente Aznar (el que nos llevó a la Guerra de Irak con el pretexto de las armas de destrucción masiva nunca encontradas) ha dado el beneplácito a la coalición del PP y Vox, le da lo mismo que sea con el apoyo tácito de éstos a un gobierno en solitario o uno de coalición con consejeros fascistas. Y por si fuera poco ahora, y aunque los liberales europeo y su nuevo amigo Valls se lo prohíban, Ribera nos sale con que no hay que hacerles ascos y que los andaluces lo que quieren es cambio a toda costa. Se le olvida a este paladín de la «nueva política» que a pesar de haber sufrido una fuerte caída quien ha ganado las elecciones en siete de las ocho provincias andaluzas ha sido el PSOE-A y que le saca la friolera de 12 diputados de diferencia.

Debemos tomar buena nota y no consentir que en las próximas elecciones la ultra derecha sume y nos ocurra como a tantos otros países como EEUU, Brasil, Austria, Dinamarca, etc. donde ha calado el discurso xenófobo, ultranacionalista, antifeminista y homófobo. España es de izquierdas y progresista y lo hemos de demostrar antes de que sea tarde. No abonemos la incertidumbre y hagamos memoria, pues en tiempos nada lejanos un tal Hitler ganó las elecciones en Alemania y a nadie se le olvida lo que luego ocurrió y en España el alzamiento contra el orden republicano en el 36 trajo una época de terror y muerte que duró hasta la muerte del dictador Franco.

Hay que poner un cordón sanitario al fascismo, denunciando alto y claro los discursos del odio, de españoles contra españoles, de comunidades contra comunidades autónomas, y cada vez que Casado o Ribera lancen alguna de sus soflamas neo-fascistas pararles los pies. España es y ha sido tolerante y abierta.

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