Pese a lo que muchos puedan pensar, la tecnología y la agricultura no están para nada reñidas. Uno de los oficios más antiguos del mundo se nutre también de todos los avances posibles para mejorar sus técnicas. En esa línea, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y la Acequia Real del Júcar han conseguido una reducción del 26 % en el uso de agua de riego con la instalación de sensores de humedad de suelo. Básicamente, el sistema permite recabar datos de la tierra y permite a los regantes optimizar su calendario.

«Los sensores instalados nos permiten tener datos con los que tomar decisiones con una mayor seguridad», explicó ayer el secretario de la Acequia Real, Juan Valero de Palma, que prosiguió: «Gracias a ellos y en base a la profundidad del terreno, podemos saber la humedad que tiene. De ese modo sabemos si hace falta regar o no, así que se hace un uso más eficiente del agua porque, además, sabes las necesidades concretas de cada plantación».

El sistema de sensores permite, por tanto, adaptar los turnos de riego a las necesidades de cada zona. «La composición del suelo es muy diferente dependiendo de la localidad en la que nos encontremos. Muchas veces se plantea regar de manera igual varias zonas, pero lo cierto es que no es necesario. De este modo podemos espaciar más los turnos de riego y optimizamos el uso del agua», aseguró el secretario.

Por el momento, son cuatro las sondas de humedad instaladas, «se trata de un proyecto piloto», matizó Valero de Palma. «Estamos realizando las comprobaciones necesarias para saber si se recibe bien la comunicación que emiten. Si todo sale según esperamos, nuestra idea es extenderlo por toda la comunidad de regantes. Por el momento, funciona bien», añadió.

Programa europeo

Los sensores permiten, no solo un uso más racional del agua, sino también reducir las pérdidas de nitrato por lixiviación. De hecho, el proyecto piloto, enmarcado en el programa europeo Fertinnowa que busca tecnologías innovadoras para la mejora de los sistemas irrigados, se articula en base a tres ejes: la calidad y la gestión de la fuente de agua, el uso eficiente del agua y los nutrientes así como su posible reutilización, y la gestión del vertido. «Reduces abono, agua y energía», resumió.

«Para gestionar las cosas con eficiencia necesitamos datos, si no hacemos mediciones de cualquier trabajo es imposible mejorar», argumentó Valero de Palma, que añadió a continuación: Y para ello, estamos en la obligación de usar nuevas tecnologías como esta, que nos permite tener información en tiempo real del estado del suelo y así poder ajustar el uso del agua en base a las necesidades estrictas del cultivo en cuestión».

El IVIA ha apostado por aportar soluciones a los problemas de escasez de agua y de contaminación por nitratos que afectan a la sostenibilidad de la agricultura valenciana, ha utilizado nuevas tecnologías con las que mejorar la eficiencia del riego y reducir la lixiviación de nitrato en la comunidad de regantes de la Acequia Real del Júcar.