La JLF celebró el domingo sus 75 años de existencia con un conmovedor acto en el Gran Teatre que reunió a decenas de falleras mayores y representantes de la máxima institución fallera de la ciudad. La cúspide emocional se produjo cuando la fallera mayor de 1945, Rosa Antonia Camps Cardell, subió al escenario. Los aplausos de todo el patio de butacas fueron ensordecedores.Sobre el escenario tres mantenedores, Aureliano Lairón, Antoni Lluis Martínez y María José Boluda, hicieron un repaso a la historia y evolución tanto de las fallas en Alzira como de la propia junta hasta llegar al día de hoy.

Tras setenta y cinco años de vida, la Junta Local Fallera (JLF) de Alzira puede estar orgullosa de muchos de sus logros pero también es consciente de que la perfección no existe y tiene cosas que mejorar. El pasado, el presente y el futuro unidos por una efeméride que celebrar pero que también sirve para reflexionar. El presidente de la junta, Jaume Bohigues, tiene claro que uno de los puntos álgidos de la fiesta josefina fue la designación de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Unesco. Con todo, las alcireñas todavía pueden crecer más. Uno de los objetivos y retos a corto plazo: «Aumentar el número de 'mascletaes' del concurso nacional», reconoció a Levante-EMV.

«La junta y las fallas de Alzira son lo que son gracias los falleros, principalmente. Todos los presidentes han aportado su grano de arena, así como los distintos ayuntamientos. Ahora hay mucha más hermandad entre todos y vamos de la mano para conseguir nuestros objetivos», explicó el presidente de la junta.

Con todo, el camino recorrido hasta la fecha es envidiable y sirve de ejemplo para el resto de juntas locales de la provincia: «Se dice mucho que somos la segunda potencia fallera, pero un día hablando con Pere Fuset y Ramón Estellés les comenté que de unos 45.000 habitantes, cerca del 20 % son falleros, cuando en València solo lo es un 7 %. Reconocieron que de no coincidir las fiestas, Alzira sería capaz de recibir más de 200.000 personas. Hemos llegado a ser una referencia, antes las fallas solo eran jugar al Truc y beber, ahora más cultura y tradición que nunca», sentenció Bohigues.

Con la vista en el futuro, Alzira albergará en febrero la galla fallera de la Comunitat, así como una muestra con las mejores obras teatrales falleras. Además, Bohigues subrayó la importancia de acercarse todavía más a las asociaciones falleras y la necesidad de disponer de un museo fallero.