La superficie de cultivos ecológicos ha crecido en la Ribera un 6 % en el último año mientras que el número de operadores aumentaba un 3,44 %, según datos facilitados por el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana, que constatan que el sector mantiene en 2018 la dinámica ascendente. El CAECV contabiliza actualmente en la comarca un total de 570 hectáreas de frutas y hortalizas -lo que en el argot se conoce como producto en fresco- con el sello ecológico frente a las 538 del año anterior. No obstante, una comparativa con los datos de 2015 reflejan que la superficie en la que se aplican estas técnicas de cultivo ha aumentado un 48 % en apenas tres años ya que el organismo certificador, que tiene su sede en Carlet, computaba entonces 385 hectáreas.

La amplia extensión de cítricos en la Ribera propicia que también en el ámbito ecológico sea el cultivo mayoritario, si bien el exponencial crecimiento experimentado por el caqui también incluye agricultores que han optado por este sistema de cultivo. En concreto, el comité autonómico tiene registradas en la comarca 90 hectáreas de cultivo ecológico de caqui, lo que representa casi un 16 % de la superficie total. Por otra parte, una comparativa con los datos de 2015 reflejan que la superficie de caqui con sello ecológico ha aumentado un 36 %. Los registros del CAECV contaban ese año con 66 hectáreas.

En paralelo al crecimiento de la superficie de cultivo ha aumentado también el número de operadores en el sector, hasta alcanzar en 2018 un total de 180. La cifra representa un modesto aumento respecto del año anterior, en que el comité contabilizaba 174, si bien una perspectiva más amplia permite constatar un aumento del 42 % en los últimos tres años.

La Comunitat Valenciana alcanzó en 2017 un volumen de negocio próximo a los 160 millones de euros en producción ecológica, según los datos facilitados por el CAECV en unas jornadas celebradas recientemente en Carlet, en las que el presidente del comité, José Antonio Rico, destacó que en 2017 fue la región líder en España tanto en cuanto a crecimiento del número de operadores como de la superficie dedicada a la agricultura ecológica. Rico detalló que la Comunitat Valenciana produjo en 2017 un total de 3.893 hectáreas de frutas y hortalizas, lo que representa un aumento del 30 % respecto del año anterior.

La conversión de un campo en el que se ha utilizado un sistema de cultivo convencional en ecológico requiere de un período de transición de tres años, salvo que se trate de una parcela abandonada en la que no se ha realizado ningún tipo de tratamiento. Fuentes del comité destacaron el continuo aumento de adhesiones y señalaron que se trata de un proceso más sencillo de lo que la gente pueda pensar. «Es todo información, porque cuando el agricultor se informa, comprueba que es más fácil», indicaron. El CAECV realiza auditorías y análisis de la tierra antes de conceder al productor el sello ecológico.

Desde este organismo señalaron que muchos agricultores han visto en este ámbito una forma de recuperar campos abandonados y, al mismo tiempo, obtener productos que tienen un mejor precio en el mercado.