Un niño de apenas un año de vida fue raptado de un domicilio de Alberic el pasado domingo por un individuo de nacionalidad rumana que golpeó a la niñera que cuidaba del bebé para arrebatárselo y marcharse con las llaves de la casa. Una patrulla de la policía local consiguió rescatar al menor apenas veinte minutos después tras identificar y apresar al presunto secuestrador en un céntrico bar de la localidad, donde también había agredido a una camarera. Los agentes dudaban de la salud mental del detenido, que acababa de abandonar el hospital tras un intento de suicidio. La justicia le ha puesto en libertad tras tomarle declaración y dictar una orden de alejamiento que le impide entrar en el municipio.

El niño se encontraba en el domicilio familiar, situado en la calle Mateu Alabau, acompañado por su niñera, de nacionalidad hondureña. Los propietarios de la vivienda se habían ido de compras a València. Minutos después de la una de la tarde del domingo llamaron al timbre del inmeble. La mujer pensó que eran los padres y abrió el puerta, tras la que apareció un hombre de unos cuarenta años al que no conocía y que comenzó a gritarle. La asistenta apenas conseguía entender lo que decía. Le hablaba supuestamente de relaciones personales que la empleada desconocía por completo y mezclaba esos argumenos con otras frases inconexas que no resultaban inteligibles.

Dejó su fotografía

Mayor sorpresa todavía se llevó cuando le dijo que iba a llevarse al niño y le reveló su nombre -Marius- dejándole incluso una fotocopia de su documentación rumana para que se la entregara a los padres del bebé. La niñera se resistió, pero el intruso le propinó una patada y cogió al bebé en brazos. Al marcharse también se llevó las llaves del domicilio.

La asistenta avisó de inmediato a la madre de lo sucedido y ésta alertó a la policía del presunto secuestro. Los agentes no tardaron nada en llegar a la vivienda. La fotografía del documento de identidad que había acabado de dejar el inmigrante rumano les permitió montar un rápido dispositivo de búsqueda que se extendió a la Guardia Civil y al Centro de Emergencias. Varias unidades policiales comenzaron enseguida a batir el centro urbano con el objetivo de localizar al sospechoso.

Herida en el pómulo

Los agentes de la Policía Local no tardaron en encontrarle. Estaba en un céntrico bar del municipio relacionado con la familia del niño. Allí también dio muestras de cierta enajenación. Después de vociferar de nuevo frases que dificilmente resultaban comprensibles, había agredido a una camarera del local, en este caso de nacionalidad búlgara, a la que propinó un duro golpe en el pómulo que le provocó una herida sangrante.

El presunto agresor fue apresado sin oponer resistencia. Poco después llegó al local la niñera, que identificó ante los agentes a la persona que minutos antes le había arrebatado al bebé, que le fue entregado a su abuela hasta que regresaron sus padres de València.

La Guardia Civil se hizo cargo del detenido, que en su declaración alegó que conocía al padre del niño y que todo lo hacía con la intención de ayudarle. Al no haber solicitado ningún rescate, los hechos no pueden conceptuarse como secuestro sino como rapto. La Justicia le ha dejado en libertad con cargos y sobre él pesa una orden de alejamiento.