Los trabajadores de Ice Cream Factory Comaker (ICFC), la heredera la antigua Avidesa, viven ajenos al proceso de venta del 80 % de la empresa. La inquietud y el nerviosismo forma parte, ahora, de sus vidas, pese a que pueden llegar a especular que no se verán perjudicados. La firma de capital riesgo Portobello busca compradores, pero la plantilla sólo conoce lo que ha podido leer en los medios de comunicación. Ni siquiera el comité ha recibido comunicación oficial alguna, según confirmó ayer a Levante-EMV su presidente, Antonio Montalvá.
La plantilla se encuentra ahora de vacaciones y no se reincorporará hasta el 7 de enero, lunes. Dos días después tendrá lugar una reunión del Comité de Empresa. Todo apunta a que será el escenario en el que los trabajadores obtendrán, al fin, la información directamente de la compañía alcireña en la que se confirme que Portobello ha puesto a la venta su participación en ICFC (posee alrededor del 80 % de la sociedad).
«No nos han comentado nada y seguramente hasta que no terminen nuestras vacaciones no nos informarán de lo que pasa. No sabemos quién va a ser el comprador. Por eso, el personal está nervioso y no los podemos tranquilizar hasta que sepamos algo más por parte de la empresa», comentó Montalvá al respecto. No obstante, reconoció que eran conscientes de que este momento llegaría tarde o temprano: «Sabíamos lo que implicaba que viniera una empresa de capital riesgo; que iba a realizar las inversiones que considerara oportunas y que cuando rentabilizase esa compra lo vendería todo».
Portobello inició su relación con la histórica empresa alcireña hace ocho años. Hasta la fecha, la familia Lamfsus dirigía la compañía y buscaba su financiación a través de créditos bancarios. En 2010 la gestora tomó el control de un grupo que resultaba altamente atractivo debido a que es un claro líder del sector de los helados al hacerse con el 80 % de la empresa. Ahora, tras realizar inversiones millonarias para mejorar ICFC, busca alguien que compre su participación.
