Opiniones hay de todos los colores. Y con la conversión de Alzira en una «Ciutat 30» ocurre lo mismo. Los vecinos acogen entre el recelo y la aprobación el nuevo límite de velocidad implantado en la capital de la Ribera Alta. Como ya ocurriera con la transformación de la calle Benito Pérez Galdós, de nuevo existe una amplia variedad de criterios y argumentos, tanto a favor como en contra. Los cambios generan, siempre, una gran incertidumbre en la ciudadanía.
La limitación a 30 kilómetros por hora en la ciudad se ha implantado esta semana. Las señales ya advierten de la reducción y de la existencia de radares para controlar la velocidad; aunque el tripartito alcireño ha insistido en que durante las primeras semanas de funcionamiento no se impondrán sanciones a la espera de que la población se adapte al nuevo modelo.
Para algunos, la nueva limitación de velocidad supone una mejoría. «Ya era hora», se congratula Salvador Piera, vecino de Alzira, que prosigue: «Hacía falta un cambio de estas características, era preciso. Además me parece muy bien que al principio no se multe, así los vecinos se adaptarán mejor». También puso de manifiesto la necesidad de mostrarse flexibles: «A medida que se tenga una mayor experiencia, se puede ver si es necesario realizar algún cambio». Opinión que casa con las intenciones del ejecutivo local, que se muestra abierto a las modificaciones en algunos casos puntuales.
Joaquín Salgado es un extremeño afincado en Gandia que prevé mudarse en un futuro a Alzira y también se muestra favorable al cambio, aunque con algunos matices: «Lo veo muy bien, para ir por el centro de una ciudad 30 km/h es una buena velocidad. Aunque quizás en zonas más exteriores ir a 50 tampoco me parece exagerado», expone. En la misma línea se manifiesta Francisco Garrigues, vecino de la localidad: «El cambio es bueno, pero seguramente en lugares como la avenida Vicente Vidal la circulación pueda ser más tediosa. Aún así, para ir por el centro 30 km/h es una buena velocidad; hay veces que los coches están mal aparcados, te sale una persona por el paso de peatones, no ves bien, y a menor velocidad se reduce el peligro».
Pero lo que para unos es una buena idea, para otros no lo es tanto. «Creo que 30 km/h es una velocidad mínima muy mínima», asegura Concha Albort, que añade a continuación: «No creo que por ir a esa velocidad se eviten más accidentes, 50 km/h es una buena velocidad para circular y si una persona está atenta a la conducción puede reaccionar a tiempo de reducirla y evitar posibles accidentes».
Algunos vecinos debaten entre ellos y lo harán durante los próximos días. Es el tema de moda en la población. Cristina, Amadeo y Rafel hablan sobre ello en la calle. «Será un desastre, seguro que nadie irá a esa velocidad», expone uno. «Es una manera más de sacar dinero», le contesta la otra. «Esos límites están bien en zonas como colegios, pero en el resto de la ciudad solo provocará colas», añade el tercero.
Evitar atropellos
Un joven vecino de Carlet, cuyo nombre prefiere no revelar, se encuentra por estas fechas en casa de su abuela, en Alzira. Precisamente en la capital ribereña sufrió un accidente cuando era más pequeño y espera que con la nueva medida dicho escenario ya no se repita más: «A mí me atropellaron cuando era un niño, aunque por suerte no fue grave, por eso me parece bien que se reduzca la velocidad. La verdad es que no deberían existir límites y tendríamos que aplicar el sentido común, comprender los riesgos que supone conducir... Pero eso es muy complicado».
Esa misma opinión se puede encontrar en vecinos más mayores, pues no depende de la edad: «Hay que pensar que muchas personas mueren en accidentes, si hiciera falta se tendría incluso que reducir a 20 km/h. Me parece muy bien que se tomen medidas así, ahora hace falta que se realicen los controles necesarios para que se cumpla», opinan varios alcireños mientras comentan la nueva disposición.
