El agricultor de la Ribera se arma de paciencia y vuelve a mirar con recelo al cielo, a la espera de que el clima vuelva a causarle estragos. La primera noche de la ola de frío polar se ha saldado, afortunadamente, con escasos daños en el campo. En la comarca se tiene constancia de algunas parcelas heladas en la zona de l’Alcúdia y Carlet, principalmente en los cultivos de fruta con hueso. Con todo, las primeras valoraciones de los técnicos cifran la afectación en apenas un 1 %. No obstante, la situación podría empeorar si se cumplen las predicciones que auguran una madrugada más fría que la de ayer.

El mercurio se desplomó hasta marcar temperaturas poco habituales en una comarca eminentemente cálida como la Ribera. Según los datos de Avamet, la mínima de la comarca se registró en su estación de la Murta (-4,4 ºC). La temperatura fue de -3,7 ºC en Guadassuar y de -3 ºC en Carlet. No obstante, en algunas zonas se alcanzaron los seis grados negativos.

La situación más delicada se produjo en las localidades a orillas del Magro, como Carlet o l’Alcúdia. Según los técnicos de la cooperativa carletina de Sant Bernat, existen zonas del término que han pasado alrededor de ocho horas por debajo de cero. «El termómetro ya estaba en negativo a las 12 y así ha estado ocho horas, son unas circunstancias que pueden hacer mucho daño», apuntaban. No obstante, la catástrofe no fue tal, al menos en líneas generales. «Nos queda poca naranja, tendremos alrededor del 90 % recolectada. Las que se han visto perjudicadas son las variedades más tempranas de la fruta con hueso, que ya se encuentran con la flor abierta. Esos campos se han helado, pero apenas supone un 1 % de la producción. Es cierto que puede haber hecho daño en algunas flores cerradas, pero todavía es pronto para saberlo. Lo que es seguro es que si esta helada se llega a producir dentro de quince días, las consecuencias habrían sido terribles», añadieron.

Con todo, la sensación que queda entre los trabajadores del sector agrícola es que se ha sorteado, por los pelos, un nuevo desastre para un campo castigado en exceso en la presente campaña. «Nos hemos quedado al límite de sufrir grandes daños», apuntaba, ayer, Bernardo Ferrer, vicepresidente segundo de AVA. «Afortunadamente, en las zonas donde más ha bajado la temperatura apenas queda naranja por recolectar, se ha recogido prácticamente toda. Además, la de segunda temporada suele estar en zonas más altas y, por tanto, más preservada del frío».

La delicadeza del alba

Con todo, el riesgo sigue todavía presente. «Estamos todavía a la espera de una segunda noche de heladas que podría ser más peligrosa. Por el momento, estamos todos mirando los registros, aunque tendremos que esperar a la semana que viene para salir de dudas y ver si realmente existen daños en el campo. No obstante, hay que tener en cuenta que más allá de los picos de temperatura lo realmente importante es su durabilidad. Un cultivo podría aguantar mejor un pico de seis grados bajo cero durante quince minutos que uno de dos grados bajo cero durante una hora, por ejemplo», destacó Ferrer. Asimismo, el vicepresidente segundo de AVA puso especial énfasis en que los momentos más delicados se producen al alba, por lo que si luce un sol radiante el hielo se deshace sin apenas ocasionar daños. También señaló que las consecuencias serían peores en el caso de producirse una helada similar dentro de dos semanas.