Los datos de afiliaciones del Registro de la Seguridad Social permiten comentar la evolución del empleo comarcal y municipal en la fase de recuperación económica reciente. Se trata de los puestos de trabajo existentes en la zona, no necesariamente ocupados por residentes en la comarca, a diferencia de la caracterización de la población ocupada residente que hemos analizado previamente. De acuerdo con esta fuente, las oportunidades de empleo de la Ribera Baixa habrían aumentado un 29% entre 2013 y 2017, a un ritmo bastante superior (14 puntos por encima) al registrado en el conjunto de la Comunitat Valenciana. El volumen de empleos cubiertos por hombres ha crecido siete puntos porcentuales más que los que ocupan las mujeres, de forma que la feminización del empleo comarcal se ha reducido hasta el 30% en 2017, un nivel catorce puntos inferior al del ámbito provincial y autonómico. De hecho, la Ribera Baixa es la comarca valenciana con una menor feminización de las afiliaciones a la Seguridad Social y, por tanto, tiene un problema muy significativo en cuanto a la incorporación de la mujer al empleo en este territorio. Hay que decir que en buena parte esto deriva del gran peso de la industria del automóvil en la comarca, con un empleo bastante masculinizado; de hecho, la feminización del empleo en Almussafes es un 18 %.

De acuerdo con los datos del Censo de Población, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2011, la incorporación de la población en edad de trabajar al mercado laboral como población activa (sea trabajando o buscando empleo), es decir, la tasa de actividad, en la comarca de la Ribera Baixa era cercana al 62% de la población de 16 y más años, inferior en dos puntos a la registrada en la Comunitat Valenciana y en la provincia de València. Si observamos algunos de los municipios con más población, la tasa de actividad es claramente superior a la media comarcal en Almussafes y Sollana, casi igual a la media en Sueca, Albalat y Corbera, e inferior en Cullera. La tasa de actividad masculina es diez puntos superior a la femenina, lo que indica de forma general una mayor dedicación de las mujeres a tareas domésticas. En los municipios de mayor tasa de actividad global citados también es más alta la participación de las mujeres en la actividad.

En cuanto a la tasa de paro (proporción de la población activa que está desempleada), según los datos del Censo de Población de 2011 (no comparables a los de la Encuesta de Población Activa), en la Ribera Baixa era un 36,3%, cinco puntos superior a la de la provincia de València y tres puntos superior a la de la Comunitat Valenciana. De acuerdo con esta fuente, por tanto, nos encontramos con una comarca en la que la incidencia del desempleo es significativa, aunque como veremos después, esta afirmación se relativiza utilizando datos procedentes de la EPA y del paro registrado.

El 57 % del paro es femenino

Las cifras de paro registrado proporcionadas por el Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef) permiten comentar la variación del desempleo en La Ribera Baixa en el período reciente de crisis e inicio de la recuperación. Entre 2007 y 2013, la fuerte crisis supuso que el paro registrado creciera en la comarca el triple, un incremento similar al de la provincia de València y superior al de la Comunitat Valenciana. Por otra parte, la coyuntura de aumento del empleo desde 2013 ha permitido una reducción del paro registrado en una tercera parte, superior a la experimentada a nivel provincial y autonómico. El resultado global es que la cifra de paro registrado en 2017 sigue siendo algo más del doble de la que existía al inicio de la crisis.

Las mujeres representan el 57% del paro registrado en la comarca en 2017, cuando en el momento álgido de la crisis en 2013 suponían el 49%. Por lo tanto, el desempleo se ha feminizado en el período expansivo reciente, aunque ya lo estaba al inicio de la crisis, y las mujeres quedan rezagadas en la salida del paro frente a los hombres.