Cullera ha comenzado a tomar muestras de ADN a los familiares de víctimas de la represión franquista enterradas en las fosas comunes del cementerio municipal de Paterna. El objetivo es que puedan recuperar sus cuerpos y enterrarlos de forma digna. El sábado, más de una decena de familias pasaron por la Casa de la Cultura donde los expertos les sometieron a una entrevista personal y, posteriormente, recogieron las muestras de saliva que servirán para identificar a sus allegados. La iniciativa se enmarca en el apoyo del gobierno municipal al proyecto de exhumación de restos de la mano de la Associació de Familiars de les Víctimes del Franquisme de la Fosa Comuna 112 de Paterna. Desde que el consistorio se involucró en este programa, una quincena de descendientes de los represaliados han mostrado su interés por recuperar el cuerpo de los familiares que un día fueron asesinados por la dictadura. La concejala de Patrimonio Histórico, Amparo Jover, acompañó a las familias el sábado y subrayó que tras décadas «de miedo y silencio se empieza a hacer justicia histórica con las víctimas».

La edila cullerense afirmó que la recuperación de los cuerpos «aplacará el dolor de familias que durante toda una vida han llevado este sufrimiento dentro» y puso en valor que la iniciativa «es propia de una sociedad democrática madura y sirve para cerrar heridas y no busca ningún tipo de revanchismo, sino dar paz a personas que por desgracia no la ha tenido ni después de muertas». Este es el primer paso del proceso de identificación, que podría alargarse hasta dos años. Cullera es la localidad de la Ribera Baixa con más víctimas ejecutadas tras la contienda civil. Concretamente, fueron 66 los cullerenses fusilados, lo que representa prácticamente el 5 % de la población de entonces.

Eran personas de todas las edades y condiciones. El más joven tenía 22 años y el mayor 62. Había agricultores, obreros, marineros, camareros, panaderos, amas de casa e incluso un banquero.