No había marcha atrás. La tala de un campo de catorce hanegadas de okitsus que los hermanos Ricardo y Enrique García anunciaron en diciembre tras quedarse con la fruta en el árbol pese a haber vendido la cosecha se ha consumado. Los 1.400 euros gastados en la máquina que ha arrancado los naranjos es el último desembolso que realizarán, al menos durante un tiempo que se presume largo, en este campo ubicado en Algemesí.

«Hasta aquí ha llegado, ya he acabado de perder dinero. Mucho deberían cambiar las cosas para volver a plantar algo ahí», comentó ayer Ricardo García, mientras dejaba una frase lapidaria: «De la agricultura no se puede vivir, pero del agricultor viven muchos de puta madre».

Este profesional de Algemesí comentó que hacía algún tiempo que barajaba la idea de arrancar el campo ante la falta de rentabilidad y que ha sido la nefasta campaña de este año la que ha precipitado la decisión: «Este año ha sido el acabose, el golpe definitivo, porque lo estamos pasando muy mal. No hay nada que valga nada, como si hubiera una mano negra que planifica todo lo malo que está pasando a la agricultura», reflexionó en declaraciones a Levante-EMV, mientras se mostraba también muy pesimista de cara a las naranjas de segunda temporada. «Todo está parado, ni se compra ni se vende y es un problema muy serio. El que no haga lo que nosotros hemos hecho -arrancar los naranjos- el año que viene seguirá perdiendo dinero», auguró.

Cabe recordar que estos agricultores anunciaron su decisión de arrancar este campo de más de una hectárea -nada más las máquinas pudieran entrar- después de invertir más de 7.000 euros y no obtener ningún rendimiento este año. «Es para llorar, pero por primera vez en 120años esto volverá a ser tierra campa», señalaron.