Los vecinos de las calles Maestro Giner y Pastora de Alzira vivieron ayer un susto que tardarán en olvidar. Una gran llama recorrió durante unos instantes la pared medianera de una finca de cuatro alturas, que fue desalojada por las fuerzas de seguridad, al propagarse el fuego por el recubrimiento de poliuretano aplicado hace escasamente un par de semanas tras el derribo de un inmueble colindante. El fuego se inició en la base, donde según los vecinos se habían acumulado cartones y restos de este material que se utiliza como aislante aunque es altamente inflamable, y subió prácticamente hasta la terraza de la finca, provocando además una gran columna de humo negro visible a varios kilómetros de distancia.

José Miguel, que regenta un negocio en la calle Pastora y salía en dirección al ayuntamiento, relató que se encontró en la calle con una mujer muy alterada que, «llorando», alertaba del incendio. Dio marcha atrás, cogió dos extintores que tenía en un local próximo y se dispuso a atacar las llamas por la base. «Llegaban hasta el tercer piso», relató.

Otros testigos explicaron que el personal de una hamburguesería ubicada en el bajo reaccionó también con rapidez llamando a los timbres de la finca para alertar a los vecinos por temor a que el fuego pudiera afectar a alguna vivienda y las fuerzas de seguridad completaron el desalojo, que finalmente sólo afectó a las dos viviendas que se encontraban ocupadas en la finca en ese momento. «Aún me tiembla todo del susto, impresionaba mucho», relató Sonia, una de las vecinas de la calle que presenció el incendio.

Una de las desalojadas, Paz, explicaba con lágrimas de nerviosismo que apenas había tenido tiempo de cambiarse y abandonar la vivienda tras percatarse de lo que sucedía.

Los bomberos acabaron de sofocar el incendio y revisaron la finca ya que algunos testigos relataban que el fuego había afectado a los depósitos de agua ubicados en la terraza. El sargento que estaba al mando del servicio, David Ibáñez, explicó que al tratarse de una pared medianera en la que no hay ventanas la peligrosidad de un incendio de estas características se reduce ya que únicamente había afectado al revestimiento aislante que, según los vecinos, se había aplicado recientemente sobre esta pared lateral y a unas placas de aluminio más antiguas ubicadas en la parte alta de la finca y que cumplen la misma función.

Por otra parte, también explicó que, afortunadamente, la altura de la finca permitía proyectar el agua desde la calle y no fue necesario realizar maniobras más complejas para atacar el incendio desde arriba.

Los vecinos se quejaron de la suciedad acumulada en el solar -«había mucha mierda», relató uno de forma gráfica- y señalaron que si hubiera estado tapiado no se hubiera producido el incendio. Todo apunta que el fuego se inició en la base de la pared como consecuencia de alguna colilla u otra acción accidental o intencionada -a la espera de la revisión de los técnicos de Iberdrola, no parecía que hubiera habido un factor eléctrico en los cables que cruzaban el solar- y rápidamente subió por toda la pared.